Punto y seguido...

Tras cosa de un mes de guerra, parece que las armas marcan un paréntesis en el Líbano. No puedo evitar hacer síntesis de lo ocurrido. Por razones que sería demasiado largo explicar, Hezbolá captura a dos soldados israelíes y, como si de una piscina llena de pólvora se tratase, alguien tira una cerilla. Se movilizan los tanques y las bombas inteligentes, que digo yo que no lo serán tanto si apenas se ve en las noticias que hayan matado a ningún guerrillero y sí a un millar de civiles. Vergüenza nos debería dar ponernos como nos ponemos por 200 en cualquier ciudad del "mundo desarrollado", cuando las cifras de Oriente Medio son las que son.

El caso es que ha habido una guerra. Algunos dicen que se debe a esos dos soldados capturados que, a fin de cuentas y tras mil muertos en una invasión ilegal desde el punto de vista de las leyes d ela guerra, no han sido liberados y de repente nadie habla de ellos. Otros creen que Estados Unidos dio luz verde a la "operación" para ensayar sobre el terreno una eventual invasión de Siria o Irán. Vamos, agita el avispero a ver qué pasa. Siguen confundiendo el ano con el cerebro... no aprenden.

Me ha llamado la atención el paralelismo de los noticiarios en imágenes: los bandos volviendo a casa. Pero algo no debe de funcionar cuando por un lado lo que regresa a casa con sonrisas y caras de memo son los soldados y los tanques, y por el otro los coches con las familias en busca de un hogar arrasado.

¿De verdad cree alguien que ahora la amenaza terrorista ha menguado gracias a los sutiles métodos de la "única democracia de Oriente Medio". Y una mierda. Donde antes había una sociedad abierta y láica, ahora se ha gestado el caldo de cultivo para la producción en masa de más guerrilleros y suicidas. A fin de cuentas, el odio que genera a su alrededor es la razón de ser el Estado de Israel, y de momento tienen razones de ser para siglos.