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Batman, o el sumo ejercicio de exquisito cine

Ayer lamenté realmente que Heath Ledger muriera, porque, justo antes de irse, nos dejó un listón demasiado alto para que venga otro a coger el relevo.

'Batman Begins' llegó sin hacer ruido, a hurtadillas casi, sin la fanfarria de otras películas inferiores o, por qué no, de algunas de sus mal llamadas predecesoras. A todos nos soprendió el sobrio ejercicio narrativo de Christopher Nolan, que a medida que avanzaba el metraje nos convencía con hechos como puños que lo que teníamos delante de las narices era una señora adaptación. Y quiero recalcar la idea de adaptación porque lo que los demás habían hecho, Tim Burton incluido, era un derrame; el derrame de un género narrativo a otro, sin filtros, ni cortapisas, ni vergüenza. El nuevo comienzo de Batman dejaba atrás la bochornosa atracción de feria en que se había convertido la franquicia, optando sus creadoreas (sus salvadores) por un acercamiento más noble, más honesto, más sobrio y, sobre todo, creíble. Así, el subconsciente colectivo se actualizaba con una Gotham City más parecida a Nueva York o Chicago, con unos malvados que no parecían salidos de un embarazo abrotado de Tim Burton, sino de un respetabilísimo ejercicio de adaptación (sin duda la clave del acierto de la nueva franquicia). Pero, sobre todo, lo que nos traía era un vengador nocturno con un peso dramático y personal apabullante, capaz de cuestionarse, de hacerse preguntas y de plantearse la moralidad de sus actos.

El listón estaba alto. No era lo mismo contar la génesis de un héroe con más sombras y dudas que seguridades, que narrar su evolución dentro del marco propuesto. Muchas eran las papeletas para estrellarse, ya no con la historia, sino con detalles más técnicos, de los que destaco el magnífico elenco de secundarios al que nos había acostubrado el paladar.

No me han defraudado.

'El caballero oscuro' ha sabido mantener lo bueno que heredó de la indiscutible primera parte, y, lo que es más difícil, lo ha proyectado hacia delante, dando la sensación de progresión en todos los sentidos. Gotham ha evolucionado, Batman avanza con ella, pero el caso es que los criminales también.

En este sentido cabría hablar del acierto de los guionistas a la hora de engarzar los elementos de la historia, sus personajes icónicos del cómic, como el Joker, sin ir más lejos, que abre la película y se va asentando poco a poco en la historia, como se incuba una gripe. Un mal pensado diría que el protagonista es el malo, y no el vengador. Y en cierto modo es cierto. Podría decirse que Joker tiene el protagonismo a corto plazo, escena tras escena, provocando la sensación de deseo que aparezca, satisfecho y multiplicado por satisfacción una vez ocupa la pantalla. Porque la ocupa con mayúsculas. Dirán algunos que es más llamativo interpretar a un loco, pero lo que es sumamente difícil es la interpretación de la locura sin caer en el histrionismo. En eso, Heath Ledger nos ha dado una master class, un repaso magistral, un bofetón de calidad, una oleada de ejercicio supremo de interpretación, y esto lo dice alguien que no creyó en él en un principio.


Durante toda la película, la sensación es que el Joker lleva la batuta y Batman (y con él, el resto de la ciudad) va dando tumbos al ritmo del demente malvado. En este juego, Joker nos demuestra que la imprevisibilidad, mezclada con la locura más absoluta, un poco de caos y grandes dosis de maldad pueden parir un menú irresistible y superior a cualquier principio moral. Con sus fechorías, el guión nos propone remover nuestras propias conciencias, nuestros principios, dando lugar a situaciones de durísimas implicaciones morales que ni siquiera Batman podrá afrontar sin replantearse las bases de su existencia. No puedo dejar de descubrirme ante la genialidad del payaso loco, porque cada vez que habla es para dejarte descolocado, arrancarte de la indiferencia y admirar la humilde, muy humilde genialidad de la que hace gala.

Dicho esto, la lectura de Batman hay que hacerla a la larga, no escena por escena. Cuando terminas de ver la película, barruntando y digiriendo la ingente masa de sensaciones y situaciones, caes en la cuenta de que toda la película es el punto de inflexión del hombre murciélago. Joker le abrirá los ojos, le hará ver que la defensa del bien es muy desagradecida; hoy eres un héore y mañana puedes ser el proscrito y el perseguido. Las vivencias de Batman le harán darse cuenta de que siempre estará en el linde que da al abismo de su propia autodestrucción, a menos que se desprenda del halo de legitimidad y moral que lo rodea. Porque después de Joker, sea Dos Caras (magnífica su inclusión en la historia) o el msimísimo diablo, vendrán con redoblada energía, como un virus que aprende a inmunizarse contra el murciélago. Sus seres queridos siempre peligrarán, su hacienda siempre estará en juego, su salud mental, todo... A menos que se convierta en un caballero oscuro que amedrente al propio miedo.
Por eso, el final, épico desde la contención, grandilocuente desde la sencillez, con un discurso subjetivo del comisario Gordon (genial Gary Oldman), se nos crea el nudo en la garganta, la sensación de pérdida, tanto en la ficción como en la realidad (la muerte de Ledger), somos testigos del final agridulce, realista dentro de su contexto, creíble dentro de lo fantástico, de un héore que ha de saber evolucionar para no perecer.

'El caballero oscuro' no es una película efectista, como esas que rebosan de interminables escenas depersecución, de las que se construyen entorno a una sola escena que da a intuir el trailer para luego apagarse en la mediocridad. Es un sumo ejercicio de cinematografía que se toma su tiempo para contar una historia que recompense al espectador, que toma lo pasado y lo hace crecer, florecer o marchitarse, pero no lo deja en la nevera de los hechos dados por sentado. Pero sí hay efectos especiales. El primero de todos es la descomunal calidad de sus actores, de sus guinistas y de su director; un conjunto que abofetea a los eternos aspirantes del género, que, en estos tiempos de cine prefabricado, reivindica la obra personal que no tiene por qué discutirse con lo comercial y entretenido. Es, en definitiva, la gran esperanza de los que siempre hemos mantenido la fe en que alguien dignificaría los enormes potenciales de la narrativa de ficción. Los demás efectos, los pirotécnicos, que lo hay y muchos, son excelentes porque sencillamente no te percatas de que están ahí.

Me siento afortunado de haber ido al cine a ver esta película, y la atesoraré como un ejemplo de cine, hecho desde la sencillez, donde cada plano, cada minuto del metraje, cada tiro, persecución o muerte tienen un sentido para el todo. Ahora bien, mi sensación es encontrada. Quiero con todo el alma que haya una tercera parte (tiene que haberla, porque el caballero oscuro es al Batman lo que el Imperio contraataca a Star Wars), pero no podré dejar de llorar la desaparición de uno de sus ingredientes esenciales: Heath Ledger, quien ha demostrado que no hay actor malo, sino guión pésimo.
Gracias, y que descanse en paz.
Batman, o el sumo ejercicio de exquisito cine Reviewed by Omar El Kashef on 14:43 Rating: 5

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Fui ayer mismo a verla y probablemente vuelva esta noche, no me atrevo a calificarla con ninguna buena crítica porque me quedaría corto, es demasiado buena, demasiado perfecta... la mejor que he visto este año. Por cierto genial el artículo Av.

Carlos de la Cruz dijo...

Estupenda crítica. Ya iba a ir a ver la película, pero después de leer esta magistral entrada, me dan aún más ganas :).

Anónimo dijo...

Como siempre, un artículo cojonudo, a la par que la película.

Estaba pensando en cómo hacer la reseña, intentando llevarla hacia la objetividad, y me di cuenta de que ante esta obra magna, no hay objetividad y subjetividad, porque todo se funde...

Anónimo dijo...

Gracias compañeros por pasaros :). La verdad es que al principio dudaba de si me había excedido en elogios, pero creo que no. Días después, sigo manteniendo las mismas sensaciones, aunque mi novia me diga que nos es para tanto :P

Carlos de la Cruz dijo...

Hoy me he ido al cine a verla y corroboro todo lo dicho en tu artículo, me ha parecido absolutamente impresionante.

Si te dejas llevar por la película, tiene momentos auténticamente sobrecogedores.

Absolutamente recomendada.

Agustin 'Britait' Molina dijo...

Es buena si, pero tampoco es perfecta.

A mitad de pelicula me pierdo... estan detras del contable y de pronto se meten en una persecucion de media hora y al contable lo olvidan y lo meten casi de compromiso de relifon en una escena sin importancia una hora despues.

No es para tanto, desde luego es una buena peli, pero no merece tanta buena critica que tiene por todas partes.

Genial la actuacion del Joker (a mi pesar si, supera a Nicolson), el comisario Gordon queda un poco desaprovechado y se le da demasiado protagonismo a Harvey Dent, pero eso es comprensible dada la enorme cantidad de secundarios que hay en la cinta.

Se hace demasiado larga, no se cuanto le sobra pero mas o menos al final estas diciendo "cuanto falta para que acabe esto?"

Lo peor la voz cascada de batman, es tan ridicula que hasta la parodian en youtube.

Le doy un 7 sobre 10... A lo mejor cuando la vea una segunda (o tercera) vez me pierdo menos con los cambios de ritmo de la peli y mejora mi opinion sobre ella.

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