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Star Wars - Los últimos Jedi. Vamos a relajarnos un poco



Atención, esta entrada contiene destripes (también llamados spoilers) de 'Star Wars, los últimos Jedi' (y va para largo).


Decir que una película te ha arruinado la infancia me parece triste y cutre. Si una película que no es como te hubiese gustado que fuese (no confundir con que sea mala necesariamente) crees que te arruina la infancia, probablemente es que tengas problemas más serios que un desacuerdo con una peli.. Esta no tiene la culpa.

Pasados los días desde el estreno, quisiera aportar mi humilde opinión acerca de la película. Esta opinión no se circunscribe a ninguno de los bandos que aparentemente han cristalizado: el odio visceral frente a la defensa ciega. Yo creo que el Episodio VIII tiene sus luces y sus sombras y no merece ninguno de los dos tratamientos extremos que se le están dispensando. Resumiré mi postura, madurada con los días de reflexión transcurridos desde su primer (y segundo) visionado con esta frase: Los últimos Jedi es un conjunto de buenas ideas trasladado por un cúmulo de herramientas fallidas. Empezando por el propio guión y la concepción del orden de las cosas establecidos en el Episodio VII.

Creo que en esta película hay cosas que me gustan (en verde a continuación) y cosas que no (en rojo, también a continuación). Voy a alternar entre unas y otras sin un orden específico, más allá de lo que se me va ocurriendo.

AUSENCIA DE ESCALA



Unos de los problemas que lleva arrastrando la nueva trilogía es que en ningún momento insinúa siquiera al espectador la escala del nudo argumental. Más allá de repetir hasta la saciedad la palabra "galaxia" o "galáctico/a", no tenemos ni idea de cómo es la nueva República ni su relación con la Resistencia (que no Alianza Rebelde), así como el encaje de la Primera Orden en este nuevo tapete político. Una cosa que hacía muy bien Lucas era exponer la situación política de la galaxia, por infantil que fuese su enfoque. Aquí vemos jirones de conceptos para que, como con tantas otras cosas, nos hagamos nuestra propia idea. No me vale que me digan que las respuestas están en el nuevo universo expandido, porque, como dice un buen amigo, el universo expandido está para expandir la historia, no para rellenar los boquetes que no caben en el guion.

En este mismo apartado incluyo la difusa presentación tanto de la Resistencia como de la Primera Orden. La primera no pasa de antojarse como un puñado de inconformistas (o terroristas a ojos de la propia República que no parece reconocerlos) que peregrinan por los sistemas intentando hacerle la puñeta a los malos. Y la Primera Orden no va más allá del atrezzo paramilitar. Si en la trilogía clásica, con pocas pinceladas te sugerían lo que había detrás de esa maquinaria militar (un senado abolido, un emperador, una cadena de mando...), aquí solo vemos unos oficiales de comisuras tensas, un general que chilla y hace el ridículo y un emo que flirtea con el lado oscuro a la sombra de un gran líder que muere a la primera de cambio. No veo nada detrás que me sugiera una mayor amplitud del universo.

MARK HAMILL



A pesar de haber expresado claramente su desacuerdo con el guion de Ryan Johnson, Mark Hamill ha hecho un excelente trabajo con Luke Skywalker. Es lo mejor de la película. Encarna con maestría a un Luke venido a menos, decepcionado con los Jedi, la Fuerza y el mundo en general, asustado de las consecuencias derivadas de jugar con elementos que pueden traer la destrucción al universo. Es de agradecer comprobar que, a diferencia de Solo en la anterior película, Luke ha evolucionado con las décadas, alejándose de lo que dejamos pendiente en El retorno del Jedi. Se nota que Abrams no quería arriesgar y que hizo con Solo lo mismo que con el Episodio VII: una película para los fans y la nostalgia. Ryan Johnson se va al extremo opuesto y regala dos horas y media de peinetas a la nostalgia y, especialmente, los fans.

LUKE SKYWALKER




Ya he dicho que me gustan los personajes que evolucionan fuera de cámara, pero este Luke solo puedes aceptarlo siendo muy generoso y haciendo chirriar la máquina de la justificación de algo solo porque te gusta. A ver, en El retorno del Jedi dejamos a un Luke muy seguro de sí mismo y que había cerrado un círculo consigo mismo. Había aceptado si estatus dentro del ecosistema de la Fuerza y se había demostrado que podía rescatar del lado oscuro al mayor villano de su tiempo después del emperador: Vader (su padre). Ahora sabemos que, en algún momento, ese mismo personaje decide fundar una nueva escuela Jedi para recuperar lo que esquilmó la Orden 66. Uno de sus alumnos es su sobrino y, cuando este no es más que un niño, percibe la oscuridad en él. Se acojona cosa mala y, sin darle la oportunidad de enderezarse antes siquiera de haber pecado, se cuela en su choza de noche con el deseo, fugaz, sí, de matarlo mientras duerme. ¿Hola? Ese no es Luke. Se me ocurren mil maneras de que se cayese del guindo, pero sinceramente esta historia con Ren me parece un recurso pobre y que choca demasiado con las células madre del personaje como para no resultar, como poco, algo molesto.

EL FRACASO



Me gusta mucho que la película explore el concepto del fracaso. De hecho, en ella todos el mundo fracasa y fracasa hasta casi el final. Podrían haberla titulado perfectamente 'Star Wars: Una serie de catastróficas desdichas". Ahora en serio: es muy estimulante ver cómo los personajes han de afrontar peligros sin salir de ellos totalmente airosos. La Resistencia está siendo diezmada, sus mandos no se comunican, sus tropas se amotinan, un piloto se ve de repente con galones y cree que le deben explicar las decisiones estratégicas. Es más, decide unilaterlamente contravenir órdenes directas de la propia Leia y provoca una matanza y la destrucción de todos los bombarderos rebeldes. Por no hablar del estéril arco argumental de Finn y Rose, que eso sí que es un fracaso absoluto, del que hablaré más adelante.

La Primera Orden me preocupa un poco más. Detrás de esa faraónica maquinaria de guerra que hace intuir algo más que fortuna darwinista, uno cree que hay gente capacitada, pero no. Básicamente es un cuerpo de oficiales muy presuntuosos que solo saben decir "escoria rebelde" y subestimar al enemigo. Llevan a sus tropas a la muerte en masa, siguiendo ellos diligentemente, por supuesto. Ren es casi degradado. Snoke es loncheado. Phasma... Bueno, ya eso, tal...

Con todo, y como he dicho, es agradable que los planes no salgan siempre a la perfección por pura intervención divina de un guion permisivo. Aunque creo que se han pasado un poco.

FINN Y ROSE




¿Alguien me puede decir qué cojones fue eso?

He hablado con muchos aficionados a la saga que han visto la película y todos me han dado una idea mejor que la del guion para articular este arco argumental. Este es, sin duda, el patinazo más serio de Ryan Johnson, ya que nos carga con media hora completamente insulsa, forzada y que, lejos de aportar, lastra considerablemente la cinta. Me imagino al director diciendo: "quiero una versión chic de la taberna de Mos.Eisley y ya veremos cómo lo encajamos".

Hay que decir que la idea de una clase pudiente que maneja los designios de la galaxia mediante el comercio de armas me parece interesante, pero pasa tan de refilón y desde una concepción tan infantil que se cae como un edificio sin cimientos. Aquí tocamos el fracaso del que antes hablaba como en ninguna otra parte porque no solo no consiguen contactar con el desencriptador que buscaban, sino que dan con un viva la vida (Benicio del Toro) que dice poder hacerlo y encima les traiciona al final. Todo resulta forzado en este arco: desde el empaste de Rose y Finn, hasta su acto liberador pro animal sin siquiera tomar en consideración a los niños esclavos (es que a Ryan le venía bien para la escena final que aún hubiese esclavos con afán liberador y cierto dominio de la Fuerza), pasando por la ciega confianza que depositan en un tipo que acaban de conocer en una celda.

Se nota que el Finn que tuvo una razón de ser en El despertar de la Fuerza aquí es un elemento incómodo, pero inamovible. Johnson no sabe muy bien qué hacer con él, y reitera su estatus de jarrón chino asociándolo con otro personaje salido de la manga que no solo no aporta gran cosa al todo, sino que al fina, cuando le impide sacrificarse tras hallar por fin su propósito, choca contra su speeder y con ello condena a la Resistencia a una muerte segura. Bravo. Bravo viniendo de una chica valiente que apenas hacía unos minutos se jactaba de que su hermana había muerto por la causa y que desertar era el peor crimen. Y ya ni hablemos de su forzadísimo amorío...

He aquí la consecuencia de una película que abusa de lo coral, teniendo personajes de sobra para cumplir con funciones que asignan a recién llegados, como la almirante Holdo (¿no habría quedado más heroico y eficiente dejar a Ackbar el protagonismo e inmolación final?).


EL ENFOQUE ÍNTIMO



Si algo ha aportado el Episodio VIII a la saga de las galaxias es un nuevo enfoque acompañado de otro tanto en el apartado de lenguaje cinematográfico. Hay planos más pausados, se hace un mayor uso de los primeros planos y se centra en la dimensión humana. Eso lo agradecemos los aficionados con cierta edad, que no le hacemos ascos a unas buenas batallas espaciales pero sin desmerecer a una buena historia de personajes. A pesar de que no se queda en la intención por muy poquito, sí que se entreven los particulares viajes y peregrinaciones de los distintos personajes. Poe aprende a ser responsable partiendo del ímpetu del guerrero casi irreflexivo. Ren se sigue debatiendo entre la luz y la oscuridad, pero opta y da un salto cualitativo dentro de la Primera Orden. Finn se compromete por fin (ja) con la Resistencia, hasta el punto de aceptar morir por ella. Rey descubre que no es nadie y se levanta de esa caída decidida a dibujar su propio camino.

Es innegable que el director quería aportar ese enfoque íntimo, más personal, y se aprecia la intención, aunque no siempre cuaja como debiera, a pesar de sumar como elemento positivo.

EL GIRO POR EL GIRO



Desde el momento en el que Luke toma el sable de luz que con tanto mimo le había entregado Rey (Abrams) y lo arroja al acantilado con gesto despreocupado, ya sabes que estás ante una declaración de intenciones hacia el espectador: me lo voy a pasar todo por el forro de los cojones, incluidas las teorías que han plagado la red desde el estreno del Episodio VII. Amén a eso cuando contribuye a la historia. El problema es que cuando acumulas peinetas al espectador de ese calibre, empiezas a pensar que la película solo busca dar el giro inesperado por darlo, como si el fin último fuese descolocar al espectador sin más. Me encanta que me descoloquen, pero me parece que se le ha ido de las manos. En mi opinión esto hace que la película adolezca de un grave desequilibrio a favor del giro inesperado y en detrimento de aportar respuestas a los interrogantes planteados. No digo que me lo resuelvan todo, pero creo que los que llevábamos esperando dos años merecíamos al menos alguna concesión. ¡Alguna!


CONCLUSIÓN

No puede decirse que el Episodio VIII sea una mala película. Tiene fallos, pero también tiene unas importantes virtudes. Me gusta que al final la Resistencia quepa en el Halcón Milenario. Me gusta que Luke Muera, aunque no sé si han desaprovechado que lo hiciera de una forma más épica (presencial al menos). Me gusta que nos dirijan hacia otras fronteras, aunque espero que alguna respuesta nos den. Me gusta que Rey sea hija de unos chatarreros borrachos, por mucho que me hubiera gustado otra cosa.

Porque el problema de los fans que la odian es que no han visto la película que querían ver y han confundido eso con la calidad del producto. Han de superarlo.

Lo que me ha disgustado, ya no tanto a nivel de la película, es que parece que Lucasfilm, y a su cabeza Kathleen Kennedy, no cuentan con un esbozo general de por dónde debería ir la trilogía. Me parece bien que cada director tenga cancha para aportar su propia visión, pero que no haya un mínimo de base sobre el que elaborar la progresión narrativa me parece un error garrafal. Y más aún contando con que Marvel está en la misma casa y, nos gusten más sus películas o no, han armado un arco narrativo muy sólido. A Star Wars le falta la visión de conjunto que aportaba Lucas con sus luces y sombras, y no creo que pueda permitirse seguir arrastrando críticas tan viscerales a lo largo de su explotación. Pronostico que, de seguir así, Kathleen tendrá que apearse del puesto y dejarlo en manos de alguien con más criterio. Ahora, Abrams tendrá que reorientar la franquicia que él mismo legó sin pista alguna a su sucesor, quien hizo de su capa un sayo hasta el punto de dejar la franquicia irreconocible para muchos.

Yo seguiré viendo productos de la saga, incluidas las historias sueltas. Es Star Wars, y aunque me vendan una mierda pinchada en un palo, la veré. Lo tengo asumido y sé que mi infancia está muy resguardada, mecida por una trilogía clásica que seguirá ahí a pesar de todo.

Star Wars - Los últimos Jedi. Vamos a relajarnos un poco Reviewed by Omar El Kashef on 13:22 Rating: 5

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3 comentarios:

Pisof dijo...

¿Pedir " alguna concesión ¡alguna!" no es estar pidiendo la película que uno quiere ver, y no la que le han mostrado?

Snoke es lo que es: un medio para que Kylo crezca y veamos que es más poderoso y taimado de lo que El Líder Supremo esperaba. Es un recurso de guión.

Y respecto a la escala... La trilogía original no contaba mucho más, creo que hay comparas inconscientemente con lo que hemos ido viendo después. Aunque no puedo negar que Lucas era el rey de soltar ideas sin desarrollo es frases aleatorios y si después, si estaba inspirado, las desarrollaba. Verbigracia la referencia de Obi Wan en el EP. IV a "las guerras clon" que no fue a ningún lado hasta que escribió las precuelas (porque no me trago que estaba todo escrito de antes)

Pisof dijo...

Y quien dice inspirado dice inspirando...

Omar El Kashef dijo...

En absoluto. Me he tomado todo este tiempo para ponderar mis primeras impresiones y madurarlas en un criterio lo más justo posible. Recuerdo que desde siempre me ha gustado el contexto en todo lo que he visto y leído, y me he esforzado por recordar mis impresiones al ver Star Wars las primeras veces. Y el caso es que las breves alusiones a mí me bastaron (como comento en la entrada en más detalle. Siempre he preferido la sugerencia a la pornografía. Pero en la nueva trilogía, salvo giro de última hora en el IX, no he sentido nada de eso.

"¿Pedir " alguna concesión ¡alguna!" no es estar pidiendo la película que uno quiere ver, y no la que le han mostrado?". No. Es una petición más retórica que otra cosa. Te daría la razón si el hecho de que no me hayan dado esas concesiones me hubiese indignado o "arruinado la infancia". Y nada de eso. Solo digo que Lucasfilm ha jugado con las expectativas, las ha alimentado y luego no las ha correspondido. A mí me hubiera bastado con que las hubiese dejado estar y tan feliz, pero ya que la maquinaria estaba a tope, al menos que me hubieran dado un poco de gustillo ;)

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