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El Origen (o Resurrección) del Planeta de los Simios

En 1968 se estrenó la película original de El Planeta de los Simios, protagonizada por el difunto Charlton Heston, y se abría el camino para una saga que ha ganado seguidores hasta nuestros días.

Y es que la genialidad y originalidad del guión, basado en la novela de Pierre Bouelle 'La Planète des Singes', solo son comparables al espectacular fracaso de las cuatro secuelas que le siguieron ('Regreso al Planeta de los Simios', 'Huida del Planeta de los Simios', 'La Conquista del Planeta de los Simios' y 'Batalla por del Planeta de los Simios'), sin contar el penoso remake de Tim Burton que, aunque exitoso en la taquilla, no gustó ni al propio Burton.

Quizá hubiera sido mejor dejar la original como estaba, sin secuelas, pero ya sabemos como son las modas. El caso es que, hechos consumados mediante, las secuelas de la original carecen de una explicación verosímil del argumento de base: cómo unos simios llegan a desbancar al ser humano como especie dominante. Mientras que las cuatro primeras secuelas se enredaron con el dilema del huevo o la gallina, Tim Burton le dio una vuelta de tortilla tan grande al argumento, que se quedó pegado al techo y de ahí no ha vuelto a bajar. Todo parecía indicar que la saga había llegado a su fin. Pero este año llega un desconocido Rupert Wyatt y nos presenta una película que pretende resucitar la saga desde sus cimientos, dándole precisamente eso de lo que carecían las demás: credibilidad. Y, a mi modo de ver, lo ha conseguido.

'El Origen del Planeta de los Simios' se nos plantea como una introducción de casi dos horas a la historia original de 1968. Y no defrauda en absoluto. Se toma su tiempo (con el disponible, como para no hacerlo) para presentarnos la historia de Cesar, el primer simio que dijo "no", tal y como relata el simio Aurelio, en la segunda secuela 'Huida del Planeta de los Simios'. Aunque en la película de 1971 este primer simio se llamaba Aldo y la historia difería bastante de la que Wyatt nos cuenta en la nueva versión, pero esta última destila a raudales una mayor base y credibilidad científica. Aunque el nombre de Cesar no es resultado de la aleatoriedad, sino más bien un guiño para los fans de la saga original, pues Cesar es el nombre del simio protagonista de la tercera secuela.

Buscando una cura para la enfermedad de Alzheimer, el científico Will Rodman dirige varios experimentos en chimpancés, a los que inocula con un producto desarrollado por su equipo. Sin embargo los efectos secundarios se hacen notar enseguida y el primero de ellos es un aumento exponencial de la inteligencia de los animales. Un incidente con una hembra de chimpancé (Ojos Claros, otro guiño) desemboca en la exterminación de todos los ejemplares que han servido de cobayas, pero Rodman termina perdonando la vida a la cría de esta, que ha recibido por transmisión genética de la madre los beneficios del producto de investigación, y acaba adoptándolo (parece que en EEUU puedes adoptar animales con una facilidad pasmosa y nadie pregunta ni sabe nada). Lo bautiza como Cesar.

Sin embargo la película no se conforma con darle una explicación a la saga original. Sin ser un peliculón de los que vayan a hacer época, el director nos consigue meter en la piel del personaje principal, Cesar, y hacer que sintamos con él como va creciendo una sensación de ser la mascota que solo recibe compasión. Pero que, cuando la naturaleza más salvaje del animal aflora, el ser humano, antaño compasivo mientras se mostraba docilidad, deja escapar su lado más oculto y perverso, que no es aquel más que el egoísta, el materialista, el destructivo. 


Una mezcla de dramatismo con cierto mensaje de corte ecologista que cumple su misión, simple y sin pretensiones de escala épica, que es entretener y contar una historia, y un reparto sobrio, liderados por un polifacético James Franco (Harry Osborn en la trilogía Spider-Man) y la colaboración de especialistas como Andy Serkis (quien dio vida a los movimientos de Gollum o King Kong) o veteranos como Brian Cox (Braveheart, X-Men 2, El Caso Bourne), confieren al argumento una solidez que, a mi juicio, hacen que merezca la pena gastarse los ocho euros que vale la entrada, por ver una precuela de una saga que ha sido tan maltratada a lo largo de los años. Ahora por fin hay un buen punto de partida para, si se desea, hacer un remake en condiciones, pudiendo liberarse de las cadenas argumentales de la saga original. Yo ya lo estoy esperando.
El Origen (o Resurrección) del Planeta de los Simios Reviewed by PACOP on 22:22 Rating: 5

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8 comentarios:

Terrax dijo...

No es la primera crítica buena que leo sobre esta peli. A mi personalmente no me van las historias de monos que tanto les gusta a los americanos (King Kong o El Planeta de los Simios), pero oye si está bien como peli de ciencia ficción genérica no veo por qué no debería darle una oportunidad ;)

Omar El Kashef dijo...

Yo la vi ayer mismo y estoy de acuerdo punto por punto con lo que dices. Sólo añadir que hay interesantes guiños a la saga original, como el hecho de que a la madre de Cesar la llamen Ojos Claros (que es como bautizan al personaje de Heston cuando es capturado). También asistimos al despegue de la Icaro, la nave espacial que se perderá en el universo y siglos más tarde regresa a la Tierra con la tripulación criogenizada (dando lugar a la primera película de la saga clásica). Me gusta también la razón que dan a la extinción de la humanidad, prescindiendo del tópico nuclear y optando sutilmente por el efecto del virus.

Un regalo para los que disfrutamos con 'El planeta de los simios' y muy recomendable. No hace falta ser un director celebérrimo o contar con primeras espadas de la interpretación para lograr un producto tan digno como éste.

Oscar para Andy Serkis YA.

PACOP dijo...

@Maestro... no me digas que no has visto El Planeta de los Simios? La original, claro. Porque como peli de cienci ficción de la época es, sencillamente, una obra de arte.

@Avatar. Mayca hizo esa misma observación acerca de la nave y he de reconocer que en su momento no lo vi tan claro, porque la nave de la pelìcula parte en dirección a Marte y la nave en la que iba el Taylor de Charlton Heston tenía como misión salir del Sistema Solar, si mal no recuerdo. Claro que el nombre de la nave, Ícaro, ahora que lo mencionas... XD

Gracias a ambos por los comentarios!!

Cubano dijo...

A mí no me gustó nada. Para ir vestida de película "inteligente" exige demasiadas premisas estúpidas al espectador (no se lleva un inventario de drogas experimentales en el labo, alguien queda expuesto a una toxina experimental y no le hacen un mal chequeo, una droga que vuelve inteligente también vuelve fuere, ágil y modifica laringe y cuerdas vocales...). Un guión muy flojo (ideas interesantes, sí, pero pierde gas enseguida) y unos actores irregulares. El director promete, eso sí, y la fotografía está muy bien.

Terrax dijo...

PACOP: He dicho que no me van las pelis de monos como las mencionadas, pero lo digo con conocimiento de causa, he visto las dos y las dos no me convencen, aunque no digo que sean malas, es que no me gustan las historias de monos.

Omar El Kashef dijo...

Cubano, premisa más tonta que poder destruir la Estrella de la Muerte colando un balón de baloncesto no hay, pero mira dónde están los clásicos XD XD

Entiendo que si elevamos el nivel de exigencia de coherencia con todas las pelis, deberíamos desechar casi todas. Al fin y al cabo se trata de comerte unas palomitas mientras te entretienes ;)

Unknown dijo...

Para mí, una de las mejores películas de ciencia ficción en mucho....claro, que tampoco es mucho decir para un género tan demacrado en Hollywood como este. Una gran película y un gran Andy Serkins.

Guifo dijo...

Yo la vi al poco de estrenarse y la verdad es que me gustó bastante; eso sí, las partes protagonizadas por los humanos se me hicieron un pelín lentas, tal vez por ser algo típicas. Aparte de eso, me pareció bastante recomendable. Ingeniosa la forma en que, de paso, aprovechan para dejar entrever el nacimiento de una plaga que ayude a acabar con la resistencia humana: le da más credibilidad a la invasión.

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