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Elisabeth: la edad de oro

Hoy en día es muy difícil ir al cine y salir de la sesión sin la sensación de que te han querido meter una historia en dos horas y con calzador. En esta época de falta de ideas y desarrollos argumentales enlatados y falsos, es de agradecer que una película eche una mirada a la historia con ánimo de entretenimiento, sin por ello sacrificar el buen gusto.

Elisabeth no es una película de batallas épicas, pero está llena de épica. No maneja efectos especiales de última generación como blasón de sus cualidades, pero sus efectos cinematográficos son magníficos: los movimientos de cámara, las tromas cenitales, e vestuario impecable, la puesta en escena fascinante y las localizaciones no solo bien aprovechadas, sino exprimidas hasta sacar de ellas un lujurioso regalo para los sentidos. Elisabeth no es un un monólogo, pero sí una lección de interpretación a cargo de Cate Blanchett, que encabeza una coral de actores alucinantes, entre los que quiero destacar al grandioso y siempre poco aprovechado Jordi Mollá en su papel de rey Felipe II de España (a ver cuándo le da Hollywood un papel más largo).

Si en algo esta película podía haber fallado es en el ritmo narrativo. Un periodo histórico tan importante, tantos personajes de tanto peso, la exploración de sus pasiones, miedos y anhelos iban a ser cepos bien plantados para desbaratar un relato con altos riesgos de volverse pesado y tedioso en otras manos. Loados sean, pues, los guionistas y el director, que han logrado mantener al espectador clavado en la butaca, curioso por vislumbrar, entre desenfocado y desenfocado de cámara, los vericuetos de la corte de Londres del siglo XVI.



Por lo demás, como el buen cine histórico hecho para un pueblo sin historia como es el estadounidense, la polarización es obvia y necesaria. España es esa negra bestia cargada de inquisición y fanáticos religiosos que quieren dictar catolicismo al resto del mundo por puro argumento de músculo militar, e Inglaterra es ese último bastión de luz e ilustración en medio de un océano de necio papismo. Bueno, pueden permitirse estas licencias al simplismo, a pesar de estar cimentadas en ciertas verdades. Lo que fascina es la exploración de la reina y madre de los ingleses en las evidentes dificultades que suponía ser mujer y soberana en un mundo de hombres. Una mujer notable, fuerte e inteligente que tiene que elegir entre su vocación materna o su oficio de reina. En medio se entrecruzarán amores imposibles (ella ha elegido el trono, no el amor), lealtades, traiciones e intrigas. Vamos, una corte, desde la opulencia de sus salones, hasta la miseria de sus mazmorras.

Espero, sinceramente, que esta película se lleve algún que otro Oscar y que los estudios se animen a adoptar este lenguaje cinematográfico. Magistral en todos los aspectos.
Elisabeth: la edad de oro Reviewed by Omar El Kashef on 23:52 Rating: 5

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues tenía muchas ganas de ver esta película, pero con esta opinión me voy a ver obligado a verla.
Sólo una curiosidad, partiendo de la base de que será bastante parcial en su punto de vista histórico: ¿no se les habrá ocurrido "decir" que los ejercitos de "la pérfida albión" destruyeron a la armada invencible completamente?

Omar El Kashef dijo...

Realmente no entran en el detalle. La idea transmitida es más bien que la chiripa se alió con los ingleses. Se desató la tormenta y la armada española hubo de echar anclas por la imposibilidad de maniobrar. Eso lo aprovecharon los ingleses para embestir con lo que les quedaba, pillando a los españoles por sorpresa. Pero la verdad es que la peli pasa por la batalla muy rápidamente, dando importancia a otras cosas, incluido el hecho de que se salvaron por los pelos.

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