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'Prototype 2', rizando el rizo de la bestialidad


Como comentaba Hugo en el último volumen de La Caja de Damasco, la coincidencia cronológica del primer 'Prototype' con 'Infamous', un juego muy parecido en el planteamiento y la mecánica, hizo que el primer título quedase aquejado de las prisas por salir al mercado y competir en condiciones con el juego de Sucker Punch. El resultado fue un producto potencialmente demoledor pero en algunos aspectos indigno de las consolas de nueva generación, especialmente en el apartado gráfico, que delataba todo el jugo que habían dejado de sacar a la tecnología del momento. La jugabilidad tampoco brillaba por su facilidad, pero lo cierto era que el argumento y la bestialidad de las posibilidades para el jugador compensaban las carencias evidentes.

Hace poco Radical Entertainment lanzaba la esperadísima secuela para demostrar que aún tenían mucho que decir y que pensaban hacerlo, sin dejarse nada en el tintero. Y en parte, así ha sido. En 'Prototype 2' cambiamos de protagonista, sacrificando al Alex Mercer del primero por James Heller, un militar que regresa a Nueva York Zero después de un rebrote del virus Blacklight que ha acabado con su mujer y su hija. Dispuesto a vengarse de Alex Mercer, aparentemente responsable de los rebrotes y villano de esta entrega, se encontrará con éste cuando menos lo espera y recibirá de él un terrible regalo: el contagio de su cepa que, en contacto con su particular ADN, mutará en una versión potenciada. ¿Por qué habrá convertido Mercer a Heller en aquello que más odia? Pues ahí está el quid del argumento.

A primera vista, 'Prototype 2' mejora notablemente en el apartado gráfico, donde disfrutaremos del detalle y la resolución que se dejaron en el primero. Todo, las texturas, la luminosidad, los personajes y la sensación de realidad, se ve potenciado. No obstante, es de esperar que una secuela supere a su antecesora en este terreno, máxime cuando aquélla adolecía de cierto "cartonpiedrismo". Así que pasamos inmediatamente a la sensación del juego en las manos. Si acabas de jugar al primero, los sutiles, pero eficaces, cambios de los controles te obligarán a cierto reaprendizaje, pero lo cierto es que la mejora en la "intuitividad" se hace notar. Por una parte se ha simplificado la interfaz de asignación de los poderes de Heller a los dos botones de ataque (X e Y en la Xbox y triángulo y cuadrado en la PS3). De este modo, podemos combinar dos poderes en todo momento para atacar con uno u otro, según sea la debilidad asequible del adversario. A diferencia del anterior, la capacidad de salto no se carga mientras pulsas el botón y lo sueltas, sino que asciende en el salto mientras mantengas pulsado el botón, lo cual al principio fastidia un poco, pero en cuanto te acostumbras hasta lo agradeces. Aparte de esto, que no es poco, los demás parámetros de la mecánica son básicamente los mismos, así como los movimientos: correr, saltar, planear, subir a la carrera por las fachadas y realizar ataques, a cual más espectacular.


Las capacidades de Heller se amplían, gozando no sólo de poderes de ataque (como la cadena, la guadaña, los puños de martillo o los tentáculos), algunos nuevos y muy vistosos, sino también con mutaciones y otro tipo de poderes. Las mutaciones se obtienen realizando misiones secundarias, esta vez engarzadas en la trama, no como los aburridos minijuegos del primero, y consisten en mejorar capacidades, como la vitalidad, absorción de biomateria, rapidez, etc. Los otros poderes, que se consiguen realizando estas misiones y asimilando ciertas criaturas, son otra de las novedades, como "Líder de la Manada", que permite convocar mastondónticos infectados que lucharán por ti hasta la muerte. Asimismo, no sólo podremos absorber a otros individuos, asimilando sus memorias y su apariencia, sino que los podremos convertir en bombas biológicas, que estallarán en un mar de tentáculos que aplastarán a quienes queden a su alrededor. Los escudos, por ejemplo, son ideales para repeler ataques de proyectiles y noquear a los soldados especiales de la Blackwatch. También contaremos con un sonar biológico que nos permitirá localizar a las víctimas que tengamos que consumir para avanzar en el argumento. A Heller no le faltan juguetes para consumar su venganza.

'Prototype 2' apuesta por una mezcla más equilibrada de infiltración (suplantación) y fuerza bruta, permitiéndote abordar a tu gusto las misiones. Si quieres entrar como un elefante en una cacharrería, se te proporcionan las herramientas suficientes para llenar de pánico a los enemigos, aunque es conveniente desarrollar más poderes y capacidades antes de campar por Nueva York a tus anchas. No obstante, si prefieres la sutileza, el juego facilita sobremanera la suplantación de identidades y relaja la IA, que ahora te permitirá pasar más desapercibido. En realidad se aprecia una reducción de la dificultad del juego (lo he jugado en "normal), dotando de espectacularidad lo que antes era verdaderamente tedioso. Ahora, a poco que te esfuerces, hasta los enemigos más brutales son asequibles, y al experiencia gana en espectacularidad, ritmo y entretenimiento. La esquiva de ataques ha mejorado considerablemente, lo cual evita que parezcas un muñeco de trapo a poco que el adversario encadene tres ataques consecutivos.


El guión del juego es altamente cinematográfico, especialmente en los interludios cinemáticos, en un opresivo blanco y negro que delata uno o dos colores fuertes, como el rojo de la infección, donde vamos conociendo a Heller y nos hacemos uno con él en su ansia de vengaza. Heller, a diferencia del Mercer de la primera parte, que es más melancólico y moral, se antoja brutal, amoral y carente de escrúpulos. En este sentido son muy divertidas sus apreciaciones verbales durante las partidas. En realidad, todo el juego está teñido de amoralidad, dado el contexto de estallido vírico, donde las personas se cosifican y se reducen a problemas o activos útiles. La Blackwatch (brazo armado de GenTek, creadora del virus) campa por Nueva York a sus anchas, aplicando junto al ejército una ley marcial que recuerda a la Europa ocupada por los nazis. La atmósfera, pues, está muy lograda en cuanto a opresión y pesimismo general. Y Heller encaja perfectamente como factor compensador, vaya...

En definitiva, 'Prototype 2' es un sandbox adictivo y brutal, tanto o más que el primero. Los desarrolladores han sabido potenciar lo que más divertía de la franquicia y han pulido las lacras en los gráficos y los controles, dotando al argumento de una continuidad creíble y un final abierto que augura más entregas. Lo único malo, a mi modo de ver, es que, sin ser corto, se hubiese agradecido alguna hora de juego más. También, aunque esto es anecdótico, no deja de quedar la sensación de que 'Prototype 2' es el juego que debió de ser el primero, y que si se hubiesen hecho las cosas con menos prisas entonces, ahora estaríamos disfrutando de un título mucho más potente. Aun así, visto lo visto, es prometedor y seguro que una tercera entrega rematará la gran idea que hay detrás de Prototype.

A pesar de sus relativas sombras, 'Prototype 2' es un juego que recomiendo afusivamente a los amantes de los entornos abiertos y el powergaming más vistoso, extremo y epectacular. Un deleite para el ojo.

Os dejo con un vídeo con gameplay.


'Prototype 2', rizando el rizo de la bestialidad Reviewed by Omar El Kashef on 12:04 Rating: 5

3 comentarios:

Erekíbeon dijo...

Lo tengo en mis "deseados" de Steam desde que hablasteis de él en La Caja de Damasco... A ver si lo engancho en una oferta o algo, porque prisa últimamente no tengo demasiada. Con decirte que ayer mismo me hice con el Arkham City... ;-)

¡Un saludete, maestres!

Omar El Kashef dijo...

¡Me alegra que hayamos despertado inquietudes! La verdad es que haces muy bien con la adquisición diferida. Te ahorras una pasta cuando pasan a colecciones baratas. Espero que no te defraude ;)

Verzobias dijo...

Leches, yo que me estoy tomando con calma los juegos, por falta de tiempo, y que me pillé Skyrim hace 2 días. Y vas tú a ponerme los dientes largos con otro. Y de los de Batman aún no los he catado. Arrgh, se me acumula el trabajo...

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