En busca de nuevos jugadores de rol (V): cada cual en su papel (por Jesús Magaña)
Ahora que hemos hablado de las cuestiones fundamentales sobre lo que supone un juego de rol, vamos a profundizar un poco más, y adentrarnos en un nuevo nivel de este complejo viaje que supone jugar al rol: la actitud cuando se echa una partida a un juego de rol. Lo sé, puede sonar un poco a tópico, pero creo que hay un puñado de cuestiones importantes sobre ese asunto, sobre todo para las personas que dan sus primeros pasos.
Como hemos visto, en una partida hay tanto un director de juego como unos jugadores, todos ellos formando parte del hecho que supone jugar (vamos, ¡que todos tienen que divertise!). Y para ello, por supuesto, hace falta que todo el mundo ponga de su parte. Os recuerdo que en el segundo artículo de esta serie ya os hablé un poco del tema (a nivel general), pero hoy querría abordar lo que afecta específicamente al director de juego y al jugador.
Lo que el director de juego debe saber:
- Conoce tu manual, domínalo y somételo a tu voluntad. No dejes que las reglas que estén escritas en un libro tomen el poder sobre tus historias, y atrévete a ir más allá del manual. Descubrirás que las reglas, en la mayoría de los casos, se han escrito para ser una guía, pero casi todos los autores coinciden en que si algo no te gusta, deberías cambiarlo.
- Manipula el azar. Como si fuera una extensión misma de tu poder como director de juego, recuerda que una tirada no debería poner límites a tus decisiones. Si crees que es justo que la interpretación de un jugador traiga éxito a un personaje a pesar de que los dados no dicen lo mismo, no tengas miedo a cambiar un resultado a tu antojo. Los resultados del azar no deberían estropear una buena historia.
- Utiliza tu poder para el bien. Eres la figura que gestiona un poco el peso de las reglas, y que mantiene el equilibrio, sí. Pero por grande que pueda a llegar a ser tu poder como director de juego, no olvides que te debes a tus jugadores, y que has de saber ser justo y mantener las cosas bajo control. Todo lo que sirva a fines que no sean mejorar la experiencia de juego de todos debería quedar fuera de la partida, y tu papel como director de juego también es asegurarte de eso.
- No dejes llevar por las emociones. No está mal que de cuando en cuando empatices con los jugadores y sus personajes, pero debes comprender que a veces el director de juego tiene que tomar decisiones difíciles (matar a un personaje es el gran clásico). Como en la vida misma, a veces se gana y a veces se pierde, y ello sólo hace las cosas más divertidas y emocionantes. Por ese motivo, no te dejes dominar por sentimientos cuando dirijas partidas, y procura ser neutral en tus decisiones. Si has de hacer algo, no tengas miedo y adelante.
- Aprende. Por muchos años que pasen, por muchos juegos a los que juegues, por muchas cosas que avalen tu currículum como director de juego, recuerda que siempre es bueno seguir aprendiendo, y descubriendo cosas. Aunque no lo creas, cualquier pequeña cosa que descubras en campos totalmente diferentes al que sueles dirigir puede ser una experiencia más que acercas a tus partidas. Documéntate, crea material (¡y compártelo!), y nunca dejes de aprender de tus jugadores: ellos son los mejores maestros.
Lo que el jugador debe saber:
- No todo es cosa del director de juego. Tú también tienes responsabilidades propias del jugador, como tratar de hacer que la partida fluya lo mejor posible, cooperar con el director de juego para que todo el mundo participe al máximo y saque la mejor experiencia posible de cada una de las sesiones de juego. Como digo, no se trata de sentarse a esperar que el director de juego “nos lo haga pasar bien”, sino que tenemos que intentar generar con nuestra actitud positiva que él también disfrute de la narración. También podemos asistirle con las reglas si conocemos bien el manual, e incluso cediendo terreno cuando sabemos que se está equivocando pero desea hacer las cosas a su manera. Después de todo, cualquiera puede equivocarse :)
- No generes peleles sin más. Es verdad que hay juegos de rol que fomentan más la interpretación, y otros en los que el formato es más cercano al hacer girar unos dados y disfrutar de la experiencia de recorrer una buena mazmorra en busca de tesoros. Pero vamos, que el trasfondo es importante, y sólo nosotros podemos insuflar en nuestros personajes ese aliento de vida que el director de juego moldeará para generar una buena historia. Si el producto no es bueno, por fantástico que sea el cocinero, siempre es más difícil que el plato resultante sea sabroso… así que intentemos mejorar al máximo los ingredientes que vayamos a ofrecerle. Después de todo un juego de rol va de eso, de rolear.
- Muestra tu orgullo, pero no seas soberbio. Está bien que a veces te marques puntazos como jugador, y que demuestres a los demás lo bien que te manejas en las historias que cuenta el director de juego… pero de ahí a querer que la partida consista en un eterno “yo y mis historias”, en el que sólo hay cabida para la vida y obra de tu personaje, hay un paso. Recuerda que normalmente hay otros jugadores que desean tomar parte de la partida, y es bueno que todo el mundo tenga sus quince minutos de fama. Precisamente así es como vivirás historias verdaderamente memorables: cuatro momentos legendarios son mejores que uno.
- O eres jugador, o eres director de juego. Aunque hay mucha gente que considera que se debe aplicar el término “jugador” a ambos por igual, lo que quiero poner sobre la mesa es el hecho de que cuando estás jugando una partida, y por mucho que conozcas el sistema y sepas más que el director de juego sobre el mismo, debes respetar su espacio y saber que no es el momento de contravenir todo el tiempo a quien dirige la partida en esta ocasión. Una cosa es echar un cable cuando hace falta, y otra pretender ser co-director de la partida… eso nunca funciona.
- Créetelo. Vive al máximo la personalidad de tu personaje, e intenta llevar siempre un nivel más allá tu interpretación. Promueve que los demás hagan lo mismo, y haz que se sientan bien y sean conscientes de sus mejores momentos. En general, ser favorable a que la gente se meta en su papel hace las cosas mucho más divertidas para todo el mundo.
- Experimenta. Igual que el director de juego debe aprender todo lo posible (y el jugador también), creo que es muy importante que como jugador no te aferres al manual que tanto te gusta, y pruebes siempre cosas nuevas, incluso si a priori no te convencen mucho. Jugar a muchos juegos y sentarse en nuevas mesas de rol (sí, esas que desafían tu habilidad ante nuevas opiniones) es la mejor forma de crecer como jugador de rol.
Y bueno, hasta aquí hemos llegado por hoy. Sólo una cosa más: sed generosos con vuestros compañeros de mesa. Si alguien hace algo bien, decidlo (tanto si sois jugadores como si sois directores de juego); una palabra amable, un pequeño gesto con nuestros compañeros de mesa genera el buen ambiente que opino debería reinar en cualquier mesa de rol. Espero que, para tales fines, estos consejos os resulten de ayuda. ¡Nos vemos en próximas entregas!
En busca de nuevos jugadores de rol (V): cada cual en su papel (por Jesús Magaña)
Reviewed by Omar El Kashef
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9:05
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo con tu entrada. Durante mis años de rolero, tanto de jugador como de director de juego, no hay cosa mas horrible que un grupo de juego que no ayude en las partidas, jugadores que no se integren, que no se metan en el personaje, o que jueguen fuera de el.
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