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El factor NEXUS


Visto lo visto en los últimos tiempos, es de valorar que alguien que se mete en camisa de once varas y casi se ahogue cuando creía que el agua cubría hasta la cintura dé la cara, primero por escrito y luego bajo su sello personal, el vídeo, para explicarse. Hasta hace poco, ya considerábamos como algo consustancial al hervidero de proyectos que empalagan la red el no cumplir los plazos sin aviso previo, el envío errático del material a los mecenas o directamente el cuajo gordo de explotar material sin contar con los derechos. Sí, somos así en este mundillo tan libre, tan bueno..., tan buenista. Aun así, como digo, Rolero, puntual colaborador de este blog, ha sido un verso libre en esta cacofonía y ha decidido abortar el parto de la enésima gallina de las creaciones de oro cuando estaba a punto de romper las cadenas del propio Kratos o irrumpir en los atrios del Valhalla rolero.

Voy a ser sincero. Rolero se puso en contacto conmigo para pedirme que le promocionase el proyecto y, con toda la amabilidad que me puede ser admitida después de prejuicios, me negué. No voy a entrar en las razones, que mías son, ni tampoco diré que mi negativa tenga nada que ver con la cancelación y el consiguiente oportunismo con el que podría haberme condecorado el pecho. Vive y deja vivir, que decía aquel. Todo lo contrario: estaba convencido de que recaudaría, como otros antes, el oro y el moro, sacaría su ópera prima y... desaparecería después del hype y las ventas... o no.

Con todo, su particular y autoimpuesto viacrucis me ha inspirado algunas reflexiones que quisiera compartir con él y con el resto de vosotros.

Tanto en la entrada explicativa como en el correspondiente vídeo, noté a un Jesús (Rolero) compungido, algo desilusionado y espiritualmente tembloroso ante el abismo que supone para él defraudar a tantas y tantas personas, todos los que han confiado en él, apoyado el proyecto, promovido sus creaciones, patrocinado su material y facilitado un quintal de feedback con el que bien podría haber escrito un tomo de memorias (de un rolero, claro).

Y este es el primer punto que quiero tocar. Me he saciado para años de la palabra apoyo y sus sinónimos, pero he echado en falta otra terminología que, quizá si se hubiese impuesto un poco más en el acervo del proyecto, habría supuesto un desenlace distinto. Me refiero a palabros como planificación, rigor, diseño, rumbo, adaptación, superación. Son términos que tienen que ver con la filosofía del trabajo bien hecho, el que se planifica, el que se diseña con un rumbo en mente y el que se ejecuta con una ristra de planes B a la espalda por si algo se tuerce. Y creédme, siempre se tuerce algo. Jesús dice que no es un profesional, pidiendo así la comprensión de sus colegas del medio. El problema es que en cuanto te pones a trabajar en un proyecto y hay dinero de por medio, si no eres un profesional, ya está corriendo para serlo. No es excusa. Y en ese sentido, Jesús, creo yo, se ha visto abrumado por la ingente cantidad de feedback a su proyecto, sensación potenciada precisamente por la carencia de una base sólida sobre la que crear algo. Es más, yo diría que la salida a Verkami debería ser el último paso, casi ocioso, de un larguísimo proceso de trabajo serio y profundo, sin lugar a la improvisación. Porque verdades hay tantas como roleros, y cada cual quiere ver su impronta personal en la gloria, aunque sea la de otro. No, no se puede satisfacer a todo el mundo. Con que los responsables del proyecto lo estén, cosa difícil aun después de confeccionado, podemos darnos con un canto en los dientes. Pero si abrimos la caja de Pandora y no tenemos la solidez y la seguridad necesarias, tanto en lo material como en lo personal, apagas, te repliegas y te lames las heridas.

No nos confundamos. A Rolero le ha pasado lo mismo que a tantos otros, pero que han sabido escurrir mejor el bulto, refugiándose en la aprobación colectiva de los feligreses de esta nueva catedral hipertrofiada que hemos erigido los roleros: el crowdfunding. La diferencia es que Jesús, a pesar de ser tocayo de un mesías, no se ha atrevido a dar el paso que otros han dado más alegremente, y eso le honra en cierto modo. Yo creo que ahora se ha dado cuenta (y si no, ya se lo digo yo), que para volar, antes hay que reptar, que la gloria se construye a base de tropiezos, de caídas, de aprendizajes y, sobre todo, de sacar petróleo de los errores, escoger bien a tus consejeros y aprender bien tu oficio. Porque esto de crear, palabra devaluada hasta el grado de fast food, es un oficio que tiene sus condiciones y exige sus peajes, al igual que los demás procesos que acompañan toda elaboración intelectual compleja. No basta con tener muchas ganas, muchos amigos y mucha prisa, y menos aún hacer el experimento con euros contantes y sonantes. Esas cosas se hacen en casa, con la familia y, a ser posible, con gaseosa.

El episodio de Nexus escenifica, a mi modo de ver, el constante riesgo en el que se se sume esta presunta edad de oro de la creatividad, cuyo mayor valor añadido es tener una idea cojonuda y una popularidad monetizable. El que no lo veamos cada dos por tres no quiere decir que no pase, o que no vivamos al filo del precipicio. No creo que la facilidad de disponer del apoyo, financiero concretamente, de una comunidad sea directamente proporcional con la dificultad de gestionarlo. Somos mil colinas, cada una con su rey, su editor en potencia, y generamos más porquería de la que nos creemos, pero preferimos envolvernos en siete mantos de buenismo de ida y vuelta antes que exigir un poco más al taifa de al lado. Y no digo esto porque Nexus me parezca un mal juego (no tanto el excesivo peso del feedback de terceros, que me parece suicida), sino porque me consta, y cada día más por la gente que me pincha en privado, que se ha instaurado una cultura de la idolatría a la vulgaridad y el miedo a su denuncia. Ya sabes; si te mueves, no sales en la foto.

Rolero al menos ha escuchado la campana que sonaba en su cabeza y ha reaccionado, lo que es mucho decir, como afirmaba antes. A mí personalmente me ha sobrado tanta autoflagelación pública en descargo de no sé quiénes, tanta autoinculpación innecesaria, que, si bien le honra éticamente, no admite elogios, porque admitir que algo no está preparado para emprender según que viajes, más que una virtud debería ser algo tan normal como poner una mueca cuando comemos algo que nos desagrada.

Lo que quisiera es que con la experiencia de Rolero, de Jesús, todos aprendiésemos y fuésemos un poco más sabios y exigentes con nosotros mismos. Quisiera que se entendiera que no podemos dar por sentados conceptos que el creador tiene que ser más libre si no pierde dinero. ¿Qué gilipollez es esa? Cuántas antologías de poesía y literatura nos habríamos perdido si no hubiese habido poetas y novelistas desahuciados de la vida, con la única compañía de la musa, el alcohol y la deuda. Esa moda de la rentabilización de todo por el todo me enerva, me saca de quicio y me toca las pelotas, porque la creación es un tesoro en sí, sometido a las modas de las novísimas plataformas de cosificación de las ideas que nos vienen de otros lares (que si Patreon, que si Flattr, que si dame un euro payo).

Quisiera que los creadores aprendiesen que la presión es consustancial al oficio, y más si quieres comerciar con él. Siempre habrá un plazo que cumplir, un problema imprevisto, un colaborador que te salga rana. Querer jugar a esto sin presiones, con todo a favor, el legítimo, pero poco realista. El modo fácil en la vida no existe, y, qué demonios, un poco de sangre en las venas de vez en cuando no estaría mal. Jesús, ¡enfádate de vez en cuando, suelta un taco, demuestra que estás vivo, joder! Crécete un poco en la adversidad, sal de la puñetera área de confort que son los algodones de tanto "apoyador" y juégatela saboreando un poco de adrenalina. No sabes luego el buen sabor que deja el éxito mientras aún te tiemblan las piernas.

Quisiera también que los creadores asimilaran, como lo ha hecho el propio Jesús, que hay vida creativa más allá de la venta anticipada, que a veces el propio juego es más importante que la legión de goodies. De hecho, debería ser lo único importante. ¿Os imagináis a los mecenas del renacimiento pidiendo a Miguel Ángel réplicas en miniatura de su David por cada 100 florines que le metiesen en el taller? Ridículo. Qué,  ¿no es una edad de oro? Habrá mil formas de dar salida a tanto talento que no pasen por adelantar el dinero y que casi le dé un infarto a su promotor, yo qué sé...

En suma, desearía que Nexus se convirtiese en un factor de reflexión. Las lecciones que se aprenden en carne ajena son más valiosas de lo que os imagináis, pero no quiero terminar sin decirle a Jesús que endurezca un poco el espíritu, porque la vida no siempre te deja retirarte a meditar y lamerte las heridas. A veces hay que decidir en caliente, tomar atajos o desvíos, pensar como un jodido spetsnaz y eso pasa por tener un criterio propio, ser menos dependiente de tanto contribuyente, que al final te provoca más dudas que certezas, y escoger mejor a consejeros y confidentes. Hay caminos y aprendizajes por los que debemos transitar solos, quien sabe si antes, después o en paralelo de a quienes les han colgado la medalla a la oveja negra, suscitadora de pasiones encontradas. Tú ya me entiendes.
El factor NEXUS Reviewed by Omar El Kashef on 17:35 Rating: 5

5 comentarios:

Mariola J dijo...

La reacción de Rolero me parece demasiado. Hizo un artículo, ahora un video, ¿no era suficiente lo primero?
No hay que intentar contentar a todo el mundo siempre. En éso está pecando mucho Jesús.

Omar El Kashef dijo...

Hay que respetar su forma de ser y hacer las cosas, lo que no quita que tampoco sea necesario azotarse en la plaza pública cada día. Yo creo que han quedado muy claros sus motivos y con que haya parado a tiempo y todo el mundo haya recuperado su dinero es más que suficiente.

jagvalverde dijo...

Crear por crear está muy bien pero a la hipoteca no le sienta nada bien. Personalmente creo que la micro-financiación ha aumentado y profesionalizado la producción de contenidos en el roleo (y en otros sectores culturales). Pero claro, al aumentar el número de creaciones aumentan los proyectos caspa. Que no estoy diciendo que este lo sea.

El proyecto de Jesús me ha dejado helado al cerrarse en falso por una movida como la que explica, no existe la situación/producción perfecta y un perfil con una solvencia ya demostrada debería haber plantado cara, creo, pero eso lo digo porque es muy fácil torear desde la barrera. Si ha dejado de divertirse o le corta el rollo ha hecho lo mejor.

Otro punto que me ha llamado la atención es el querer contentar a todo el mundo, es imposible por estadística, a partir de determinado número de individuos siempre va a haber personas en desacuerdo. Así que se jodan, los mecenas están para dar feedback no ordenes.

"No sabes luego el buen sabor que deja el éxito mientras aún te tiemblan las piernas." Esta frase es brutal.

Saludako!

Carlos de la Cruz dijo...

Un buen artículo, Omar. Coincido en muchas de las cosas que comentas, pero me gustaría comentar especialmente una: cancelar el mecenazgo es algo que le honra, porque si considera que no va terminar saliendo algo digno, pues está bien que pegue el frenazo... pero no deja de ser la admisión de un fracaso (de planificación, como mínimo), así que me resulta un poco sorprendente que tanta gente esté poniendo a Jesús por las nubes. Ok, ha hecho bien parando a tiempo, pero bueno, también ha hecho mal no preparando adecuadamente el mecenazgo, ¿no?

Por cierto, te contesto aquí y no en G+, porque G+ es para charlar así, por encima, charla de bar... pero los debates con enjundia me apetece más tenerlos en la casa de cada uno ;).

Omar El Kashef dijo...

Gracias Carlos. No sé para qué estará G+, si para charla de bar o pelea de taberna, pero el olor a napalm me llega hasta aquí XD Agradezco que uses los comentarios del blog.

Por lo demás, cuidado con lo que criticas, no vaya a ser que caigas en desgracia y no vuelvas a salir en antena :p Por lo demás, vienes a ratificar más o menos lo que expreso en la entrada, por lo cual me congratulo. Al margen del caso de Jesús, quería emplear su ejemplo para hablar de todo el percal un poco. Creo que tendemos a poner por las nubes muchas cosas que, vistas con sobriedad, deberían ser normales, no dignas de premio. Admitir un fracaso me parece la parte loable, y más en un mundo que ha mimetizado tanto el discurso de la política: no me equivoco yo, sino el "enemigo".

La parte negativa de la balanza es qué ha llevado a tener que admitir ese fracaso. Y no es tanto negativa como una cuestión de pararse un poco a pensar con uno mismo, cerrando un poco la ventana al bullicio de tanta opinión. Ya se sabe que cada español lleva a un seleccionador nacional dentro.

Una alegría verte por aquí, Carlos. Nos leemos.

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