Linkin Park - A Thousand Suns

Sé que dije que no perdería el tiempo con la escucha de este álbum, pero mi deber es el de informar, al final decidí sacrificarme por todos vosotros, escucharlo y advertiros antes de que caigáis en el error, aunque siendo sincero, he sido incapaz de soportarlo de principio a fin. Como no quiero ocupar demasiado espacio ya que ni el grupo ni el "trabajo" lo merecen, no me extenderé demasiado.

Sí, Linkin Park lo han vuelto a conseguir, han facturado un trabajo tan inmaduro, hueco y carente de ideas como todos sus predecesores , solo que ahora han conseguido ir un paso más allá y que un servidor haya decidido que estas serán las últimas líneas que escriba sobre esta cuadrilla de músicos de pacotilla, ahora va en serio.

El lado más duro del grupo ha desaparecido casi por completo, las guitarras han pasado a mejor vida para dar paso a la corriente electrónica y hip-hopera, ya sabéis, las tendencias musicales menores y de cartón están ganando la partida en cuanto a las cifras de ventas y adeptos. Las melodías son de lo más simplonas y los instrumentistas no pueden ser más insulsos y carentes de interés, y bueno... lo de Chester Bennington y sus "guturales" no tienen perdón, se nota demasiado que la voz ha sido retocada por el estudio y está sobreproducida para que tenga una mayor pegada.

Como decía, la electrónica de los últimos 20 años es, en mi opinión, uno de los abanderados géneros menores de la música, y la banda en este A Thousand Suns hace un abusivo uso de esta, con una pequeña base repetitiva ya está elaborada la base armónica de toda una canción, para que luego vengan muchos y digan que el blues y el rock es reiterativo, manda pelotas, por no hablar de la cantidad de retoques de estudio que tienen todos los instrumentos físicos sonando completamente artificial.

Como siempre el disco ya ocupa los primeros puestos de las listas de Billboard y con tan solo 4 álbumes en el mercado han conseguido vender casi 50 millones de copias siendo el caduco Hybrid Theory el más exitoso de ellos. Las discográficas se encargan de captar adeptos y el público sigue mordiendo el anzuelo, lo triste es que esto apunta para largo.