'In Time', el nuevo y prometedor trabajo de Andrew Niccol

Quiero creer que, entre tanta caspa que asola el género de la ciencia ficción, hay títulos que dignifican el género. Siendo exquisito, podría decir que las películas que han tratado las inquietudes científicas y sociales de nuestros tiempos y venideros, sin recurrir a la caspa o a un sobreesfuerzo de los efectos digitales, pueden contarse con los dedos de una mano.

'In Time', anteriormente titulada como 'I'm Mortal' (juego de palabras que me gustaba más, la verdad) nos habla de un futuro no muy lejano en el que la sobrepoblación ha obligado al establecimiento de un sistema de control demográfico muy práctico pero nada ético. Los ciudadanos nacen con un reloj vital insertado que empieza a correr atrás y se detiene a los 25 años. En esta sociedad, la moneda de cambio es obviamente el tiempo, que puede transferirse de manos y, de hecho, se usa como pago en el entorno laboral. Como es de esperar, en esta sociedad los ricos son los que más probabilidades tienen de vivir más allá de esos 25 años, pero manteniendo un aspecto juvenil que les acompañará en esa inmortalidad. La variable atípica vendrá dada cuando un tipo de clase obrera (interpretado por un Justin Timberlake al que habría que dar una oportunidad) recibe el inesperado "regalo" de un montón de tiempo y la premisa de no hacer cualquier cosa con él.

'In Time' explora las viejas inquietudes de la ciencia ficción y bebe de las mismas fuentes que clásicos como 'Un mundo perfecto', donde las injusticias sociales entroncan directamente con los portentos del progreso tecnológico. No hay que ir muy lejos, tampoco: en nuestro mundo, el 80% de la riqueza está en manos del 20% de la población, lo cual es de por sí un argumentazo para cualquier thriller de ciencia ficción.

La garantía de esta película, o eso espero, es que viene dirigida por Andrew Niccol, responsable también de la aclamada y visionaria 'Gattaca', con lo que espero que el tratamiento no se quede en un arañar la superficie y poco más.