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Prometheus, abarcando más de lo que se debe


Cuando a algún productor, guionista o director le entra la necesidad de profundizar en las visicitudes del origen de la vida, el alma y el universo, puede salir una obra maestra o un pufo. Siendo Ridley Scott quien dirigía y producía una película así, enmarcada en un entorno argumental de su propia cosecha, creo que eran merecidas las altas expectativas con las que fui a verla y que esperaban la primera opción. Pero al final de la misma siento que me he encontrado más cerca del mencionado pufo.

Sin ser mala (que, estéticamente, no lo es), tiene más de blockbuster veraniego que del trascendentalismo que se le espera a esta supuesta precuela, de una de las mejores obras de ciencia ficción de la historia. Digo supuesta porque, desde el principio, se la ha vendido como una saga independiente de los posteriores acontecimientos de la Nostromo. Pero, ni puede evitarse, ni Scott lo ha evitado, enlazar Prometheus con Alien. Y la propia película está tan plagada de guiños a la historia original que, desde ahora mismo, asumiré que es a todos los efectos, y para no andarme con ambigüedades, una precuela.

Ambientada unos cincuenta años antes de Alien, la película nos narra la historia de la nave Prometheus, en misión de exploración de un planeta muy alejado de nuestro sistema solar y financiado por la poderosa corporación Weyland. Y así, un preámbulo sin demasiadas explicaciones o consideraciones (aún me estoy preguntando qué significan los cinco primeros minutos de metraje... quiero pensar que soy muy cateto), y estamos en el tajo en poco más de quince minutos. Como resultado, unos personajes en extremo insignificantes. Noomi Rapace y Logan Marshall-Green, como los arqueólogos Elizabeth Shaw y Charlie Holloway: Noomi me pareció mediocre en su papel de Lisbeth, en la trilogía Millenium y esta película me lo ha confirmado, aunque la caracterización de científica religiosa que tiene tampoco es que ayude mucho, y de  Logan, aparte de su presentación de Power Point futurista y su argumentalmente indispensable gusto por el champán, poco más puedo decir, salvo que podría haberse quedado en la Tierra. Charlize Theron, como Meredith Vickers, interpreta más a una figura decorativa que a un personaje que debería ser crucial, desaprovechándose el inmenso talento de esta mujer y las posibilidades del personaje en si; Michael Fassbender, el Androide David, es el único que, a mi juicio, aporta la mayor complejidad interpretativa, toda vez que David, como buen androide, no tiene sentimientos ni alma. Y detrás de ellos toda una retahíla de actores que, si no fuera porque la nave no se pilota sola, serían prescindibles.


Como ya dije, la película no es mala. Hay que reconocerle a Scott la obsesión por el detalle. La tecnología 3D utilizada, combinada con la mejor infografía del momento, amplían espectacularmente el universo de la saga Alien. Pero además, los trajes espaciales, los vehículos y la tecnología, si bien se pasan tres pueblos y dejan a Madre, el computador central de la Nostromo, a la altura de un 286 (¿o realmente era un 286?), también recogen lo esencial de la estética de la trilogía original que, salvando las abismales diferencias en cuanto a los recursos disponibles para efectos especiales, es lo importante de este aspecto de la película. Pero es que ese es también el problema: que ésta, como el ochenta por ciento de la producción de cine en el Hollywood actual, está tan enfocada a la imagen, a los efectos, a la estética, que deja de lado los aspectos más interesantes que hicieron de Alien una película de referencia. Prometheus es un entretenimiento para la vista, sí, pero está hueca por dentro. Quiere centrarse tanto en la sobrexplicación de algunas cosas, que se olvida de si éstas son absurdas (como el tocar una flauta) o innecesarias (como antiguas y ridículamente oportunas grabaciones en 3D) y abandona preguntas tan necesarias para este argumento como el porqué de la situación que se encuentran en el planeta, cuya respuesta dejan en manos del capitán de la Prometheus, dejando como patanes a dos doctores en arqueología.

Quiero pensar que éstas y otras preguntas, las responderá Scott en la ya confirmada secuela de Prometheus (la secuela de la precuela ¡manda huevos!). Pero visto lo visto, ni con Ridley Scott al timón se puede ir ya al cine con las expectativas por lo alto, y el amargo sabor que degusté al finalizar la película, ni siquiera endulzado por el "enorme" guiño final, hace que esté considerando el no verla, allá por el 2014 o 2015...
Prometheus, abarcando más de lo que se debe Reviewed by PACOP on 22:19 Rating: 5

5 comentarios:

David Lanza dijo...

Tan acertadas como lacerantes palabras camarada ^^.

Es palomitera, y punto, muy lejos de alcanzar incluso un anhelo por ver consecutivas secuelas de la precuela ;)

Terrax dijo...

A mí me lleva tiempo dando en la nariz que esta gente de Hollywood piensa que el espectador americano (ya sin parar a pensar en el Europeo) es más tonto de lo que realmente es y tienen un miedo visceral a que algo original pueda triunfar. Lo de arriesgar el dinero está claro que no va con ellos y menos ahora.

Todavía recuerdo cierto columnista de cierto periódico americano que afirmaba que no era recomendable que el público americano viese "Juego de Tronos" porque había tal cantidad de personajes que seguramente el americano medio no podría seguir el argumento... en fin...

Yo con todo he salido encantado de la película, aunque también te digo que la obra maestra que prometían no la he visto nada más que en los efectos.

Haco dijo...

Bueno, ya sabemos como es Ridley Scott, tiene grandes películas pero tambien tiene varios pufos en su haber, así que contemos que esta es la mala y la próxima que haga será la buena.
Creo que el trailer de la película por televisión ya nos muestra bastante que va a ser un pufo y como bien decís mucho escenario y poco contenido.

Omar El Kashef dijo...

Estoy de acuerdo con tu exposición general, Pacop, si bien discrepo en algunos puntos.

Para empezar, no creo que Scott pretendiera indagar en las vicisitudes del origen de la vida, sino que el concepto en sí es una excusa que emplea el guión para arrancar la historia (excusa bastante ramplona). El énfasis de la historia está en otras cosas, no en la filosofía del "de dónde venimos y adónde vamos".

Por otra parte, creo que Noomi Rapace es, con diferencia, la mejor actriz del reparto junto con Fassbender. Y discrepo de plano en tu juicio de su trabajo en Millennium. Allí demostró ser una actriz como la copa de un pino, capaz no sólo de meterse en el papel emocionalmente, sino físicamente. Sin duda un talento desaprovechado por un guión infantil, apresurado y tendente a pensar por el espectador.

Esto me lleva al problema de base: el guión. Scott no es nadie sin un guión decente, porque para maravillas visuales sin más tampoco hacían falta alforjas ;) Prueba de ello es que el Scott del 79 estaba rodeado de un equipo de élite que fue el auténtico responsable de la grandeza de Alien, en especial Dan O'Bannon y la concurrencia off the record de HR Giger y el propio Moebius en el diseño de producción, un diseño que tenía un sentido propio tan esencial como la propia película. Lo que hizo grande a Alien fue que no pretendía buscar explicaciones más allá de lo que interesaba: hacer una peli de terror. El problema de Prometheus es que quiere darlo todo mascadito y no tiene claro si es una peli de terror, de cifi o un baile de máscaras.

Prometheus es un refrito del guión original de Alien con unos cambios que sólo los guionistas cartón piedra de hoy podrían parir, pensado para pensar por un espectador al que menosprecia en cierto modo o, en todo caso, subestima.

No estoy disgustado con Prometheus, por mierda que sea como película, que se cae a inconsistencias desde el minuto 3. No vale ni el material del rollo o la lata como película, pero es una forma como otra cualquiera de pasar el rato. No quiero perder tiempo ni tecla en hablar de las dudosas motivaciones de los personajes y sus inexplicables cambios y deterioros con el paso del escaso tiempo. Sólo lamentar que el guión no para de forzar las situaciones para llegar a los hitos que se propone, en vez de razonarlas y que resulten más creíbles.

En definitiva, no me disgusta porque a medida que avanzaba el metraje, más disfrutaba del Alien de 1979, cuando la falta de medios se veía suplida por ingenio y método, sin que hiciera falta infografía de última generación.

Últimas acotaciones: la científica que interpreta Rapace no es religiosa, sino que lleva la cruz porque era de su padre. Si él eligió creer lo que creía, ella eligió creer en los "Ingenieros" porque quiso. Es un paralelismo de acto de fe que nada tiene que ver con la religiosidad...

Por otro lado, el Ingeniero que se "suicida" al principio, se descompone en el agua de una Tierra primigenia para dar lugar a la vida. ¿Chusco? Sí, pero la mar de vistoso, que es lo que pretende la peli por encima de todo.

La última pregunta: ¿por qué iban unos seres superiores, que quieren destruirnos, plasmar por toda la Tierra las coordenadas de una constelación en la que sólo hay una "base militar de experimentación" aislada? Ahí es donde a mí se me cae toda la peli. Pero, como digo, me quedo con los guiños y el grato recuerdo del Octavo Pasajero.

No... Prometheus NO es una precuela de Alien. Es un híbrido que bebe de éxitos pasados a los que no deja de dedicar guiños, pero que no soporta las inconsistencias en las que cae. Es más, ni siquiera entronca con el primer encuentro de los tripulantes de la Nostromo con la nave siniestrada.

Ramón Domingo dijo...

Claro que Idris Elba deja como unos patanes a los dos doctores en Arqueologia. Es que SON unos patanes, solo asi se explica que se crean a pies juntillas la Teoria de los Dioses Astronautas.

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