Algo se mueve ahí dentro

Entre el enésimo torbellino mediático por el quítame allá esas pajas o el enésimo refrito de sistemas que se pretenden la sensación del momento, hay movimientos editoriales que me llaman la atención, no tanto por su peso cuantitativo, sino por las lecturas cualitativas que pueden desprenderse de ellos. No, no me refiero a la que no existe, como sus libros, salvo que besen la estantería (casi tan sacrosanta como el calendario, pero solo "casi"). Me refiero al interesante giro que está realizando NSR paulatinamente a un modo más "tradicional" de ver la edición. Según nos decían hace poco, vuelven al papel y abandonan paulatinamente el modelo de la preventa. Yo intentaría sacar una lección de todo esto, aunque se me escapa y quizá me podáis ayudar a interpretarlo. Porque no olvidemos que NSR fue una de las primeras editoriales "tradicionales" en abrazar el modelo de la preventa y la venta bajo demanda, amén de la explotación, en su momento y casi en exclusiva, del formato PDF.

Debe de haber un sustrato en la realidad que anime a este movimiento, insisto, que me parece interesante y acertado. Un sustrato que explique las razones de emprender una navegación a contracorriente prácticamente, seguida solo (casi) por esa otra que no existe, donde lo normal es vender y vender para luego producir, si acaso bien, aunque tampoco demasiado. Y debe de haber un sustrato de realidad en cuanto al objetivo, al qué se persigue con un viraje tan notable. ¿Funciona mal en España la venta exclusivamente en formato electrónico? Es posible, a tenor de las quejas de las editoriales tradicionales que, mientras que en Inglaterra despuntan en detrimento del libro tradicional, aquí no acaban de despegar como hubiera gustado a los que tanto han invertido en Kindles y demás parafernalia. ¿Será que la impresión bajo demanda adolece de unos estándares de calidad física que desmerecen los esfuerzos por crear mundos que luego vayan a ser jugados por nuestros compradores? Ahí están esas portadas que se combaban, hoy convertidas en peccata minuta si las comparamos con las neoprácticas que siempre acaban en el callejón del "bueno, pero se puede leer, no está tan mal". ¿Será que un poco de riesgo y cuidado por lo que uno vende al final compensa, por poco que sea?

No lo sé, la verdad. Son preguntas que lanzo al aire y deseo que nos respondamos unos a otros, porque, al final, esto es un barco donde vamos todos, aunque nos amemos y nos odiemos por momentos. Lo que sí sé es que me gusta este nuevo rumbo, sobre todo por lo que me sugiere este 'Breviarium' de Aquelarre, si es que no me falla la intuición. Me gusta que NSR nos haya recordado estas Navidades que un juego de rol también es literatura, y que el mimo dignifica (ahí está 'La mirada del Centinela'). Me gusta que hayan quedado un poco aparcados los días en que el rol más económico era imposible, cuando los libros de rol eran "manuales de referencia" y solo se les podía comparar con los manuales universitarios y sus precios, cerrando así, de un plumazo, la profecía autocumplida que nos llevó a la burbuja del rol que hoy se intenta pinchar a base de pequeñas burbujas de resultado incierto.

No sé vosotros, pero yo voy a observar con atención y, si me lo permitís, un poco de esperanza, esta nueva etapa, esta nueva imagen de la editorial madrileña. Quiero que sea la decisión correcta, que les traiga éxitos y que, con ellos, nos beneficiemos todos los aficionados. Lo quiero así porque es lo justo y porque me debo a mi propia coherencia.

Luego, el tiempo dirá y nos dará o quitará razones. Yo, de momento y a falta de algo más palpable, les otorgaré el beneficio de la duda y los mejores deseos. No he de olvidar, no obstante, que como se dice en el vídeo que cierra esta entrada, el primero en romper el muro sangra y se lleva todas las hostias. No me hubiera importado que alguien pronunciara un discurso así hace años, cuando el dumping y demás soplapolleces, pero vaya, es bueno y de agradecer que el boquete no se hizo en vano.