Con 'B' de 'Bourne' y 'Bond'

La trilogía de Bourne (El caso, El Mito y El ultimatum) es un claro ejemplo de que se puede hacer una adaptación alucinante de una obra literaria (a cargo de Robert Ludlum), pasándose por el forro el argumento original. Es comprensible habida cuenta de que los libros fueron escritos allá por los setenta y su feeling y temática rondaba unas sensibilidades que hoy resultarían caducas o sencillamente ridículas.

Creo, sin lugar a dudas, que Paul Greengrass, grande donde los haya, rubricó con su personal visión de la obra de Ludlum un nuevo paradigma en el cine de espías. No, no son espías realistas, como algunos quieren hacernos creer, pero sí taquilleros, entretenidos y refrescantes (el espía auténtico tiene mucho más en común con el personaje que Damon, irónicamente, también encarna en 'El buen pastor', seamos serios). Muchos hemos vibrado con sus peripecias, aventuras y avatares a lo largo de una de las trilogías que se escriben con letras de oro en el subconsciene cinematográfico de los amantes de una buena dosis de acción, bien llevada y que te haga no arrepentirte de haber pagado un dineral para la entrada al cine.

Pues bien, ahora que se anuncia la adaptación de otras obras literarias de Ludlum al cine, Frank Marshall (director y amigo de Spielberg) hace saltar la noticia de que en marcha hay un proyecto para filmar la que sería la cuarta entrega de Bourne, que empzaría su rodaje en 2009 y se estrenaría en 2010. Ya sabemos que Matt Damon ha repetido que estaría encantado de volver a encarnar al torturado espía amnésico, y sabemos que Paul Greengrass tiene a este personaje un particular cariño. Debemos, por tanto, intuir que la película adaptaría 'The Bourne Legacy', de Eric Van Lustbader, que no he leído y cuyo argumento no sé si serviría para definir esta cuarta película.

El caso es que Bourne vende, y no solo eso, sino que ha marcado un estilo que ha embadurnado al propio James Bond. Era evidente que una franquicia tan antigua corría el serio riesgo de agotarse en sí misma, y muchas fueron las críticas a sus responsables por escoger a Daniel Craig para tomar el relevo de un ya cansino Pierce Brosnan. Yo mismo tenía mis dudas. Había que lavar la cara del concepto en sí mismo, darle nuevo lustre y, sobre todo, desembarazarse de un estilo que ya no casaba con los nuevos tiempos. Ya no se estila ese agente machista y mujeriego, peludo como gustaban en los sesenta, más pillo que profesional. Ahora toca un modelo más... más Bourne.

Ésa fue, precisamente, la sensación que tuve al ver 'Casino Royale'. Un Bond fibroso, en forma, feo, pero efectivo, rápido, mortal con o sin armas... Bourne, pero sin ser Bourne. Hoy puedo decir que creo que el acierto ha sido mayúsculo. Que la franquicia de 007 se ha reinventado, siguiendo un modelo ajeno, pero dando un aire fresco que se antojaba muy, muy necesario. Si sigue así, es posible que renueve a su antigua audiencia o, mejor, que atraiga a una nueva. Por fin podremos ver a un Bond más pendiente de cumplir una misión a su particular manera que de cepillarse a la 'partner' de turno. Bienvenido sea el cambio. Y para muestra, os dejo con el trailer de la nueva de Bond: 'Quantum of Solace'. Bien está para abrir boca mientras se gesta la buena, la cuarta de Bourne.