Fringe, un primer vistazo

He tenido ocasión de ver el piloto de "Fringe", la nueva serie del gurú televisivo de nuestros tiempos, y he de decirlo: J. J. Abrams lo ha vuelto a hacer. Os podéis tomar esta frase como queráis. Si es para bien, pues sí: ha vuelto a poner el dedo en la llaga, el ojo en la diana, la bala donde tenía puesto el ojo, y los puntos sobre las íes. En otras palabras, ha cogido lo mejor de lo que ya se ha inventado y ha aportado su dosis de "inquietantes perspectivas". Pero, si por el contrario, queréis tomaros esta frase por el lado negativo, pues también: ha vuelto a poner la batidora de los géneros para "timarnos" con una presunta novedad televisiva, ha vuelto a tirar de misterios sin resolver (y a saber cuánto tiempo tardarán en hacerlo), a ponernos la zanahoria delante de las narices y a timarnos con un nuevo giro de algo manido y sobado hasta la saciedad.

Pero, como me conocéis, yo toraré por la primera opción. Es que a mí me gusta mucho un tío capaz de romper taquillas y niveles de audiencia televisiva con su propia idea de "La isla misteriosa" y "Godzilla". En este caso, toca "Expediente X".

Aunque puede que esta comparación sea tan fácil como inadecuada. Estoy seguro de que el bueno de Abrams, siempre rodeado de sus guionistas fetiche, se habrá hecho a la idea de que muchos se lanzarían en tromba a compararle con las historias de los agentes Mulder y Scully, y estoy seguro de que habrá tomado medidas para dejar a estos críticos en mal lugar. A decir verdad, y a tenor de lo visto en el generoso capítulo de apertura de la serie, lo que está claro es que el género está ahí, pero media una enorme diferencia de contar con el toque Abrams a no contar con él. ¿Y cuál es ese toque? Pues yo destacaría el ritmo. Una de las cosas que tenía Expediente X es que nos ponía la miel en los labios y luego te metía media docena de capítulos paja para tenerte enganchado. Abrams hace más o menos lo mismo, pero es que no creo que ninguno de sus capítulos paja sean comparables a la paja ajena. Su ritmo narrativo siempre es acelerado, el tempo está medido quirúrgicamente (a veces tanto que podemos leer en sus historias una pauta, y eso no es bueno), los giros argumentales, la evolución de los personajes, un todo, en definitiva, que hace cualquier trabajo suyo algo que, como mínimo, merezca el beneficio de la duda.

Fringe es una serie que quiere explorar el mundo de lo paranormal, de las cosas que "no deberían ocurrir, pero ocurren", del papel de los Gobiernos y las empresas en este panorama incierto y de la ignorancia en la que vivimos. Vamos, como siempre, nos quieren inquietar, que no asustar. Como en toda serie de este tipo, hacen falta protagonistas que puedan llegar donde otros no. En efecto: agentes del FBI. Concretamente una, Olivia Dunham (y es que creo que es un enrome acierto que el papel protagonista recaiga en una mujer). No puede faltar el personaje que sirva de puente entre la agente y ese mundo desconocido pero cercano en el que acabará de embarcarse: el doctor Walter Bishop. Pero, ¿qué pasa si ese personaje es tan peculiar que no se puede acceder a él (literal y figuradamente) si no es a través de otro, una contrapartida masculina que equilibre la balanza de tres? Pues ahí tenemos a su hijo, Peter Bishop, un experto en bbuscarse la vida que no duda en viajar hasta Irak para hacer negocios. Y ya el colmo del colmo, un superior que, no solo está al corriente de las cosas "raras" que pasan en el mundo, sino que, tiene presencia en ellas y no duda en invitar a la protagonista a unirse, sacudida como se ha visto por la irrupción de este mundo desconocido en su vida personal (directamente relacionado con la llegada de un avión lleno de cadáveres).

Sin duda me ha parecido un capítulo piloto que cumple a la perfección con lo que se puede esperar de él: una clara presentación de los personajes, una leve intuición de la trama (se habla de muchos fenómenos paranormales que nos retrotraen a la época dorada de los OVNIS, las capacidades extrasensoriales, los fantasmas, etc.), rara, pero vista desde una perspectiva científica heterodoxa (aportada por el profesor Bishop) y un caldo de cultivo ideal para la evolución de perosnaje interesantes y multifacéticos. Vale, los americanos suelen abordar estos asuntos con cierta simpleza de miras, pero creo que es de lo mejor que podemos esperar de este género televisivo.

¿Qué hacéis que no estáis buscando el capítulo para verlo? Aprovechad esta ramificación que os pongo de la publicidad vírica de Abrams y creaos vuestra propia opinión. Yo solo digo que es estimulante, entretenida y llena de sorpresas. ¿Qué más se puede pedir a una serie? Pues que no le toque una huelga de guionistas, por ejemplo.