'Appaloosa', buenas intenciones que se quedan cortas
'Appaloosa' es el segundo intento de Harris de meter la cabeza en el mundillo desde la perspectiva de quien permanece tras la cámara, pero como buen adicto a su profesión, no ha podido reisstirse a la tentación de quedarse también delante. En este caso ha escogido un socio de lujo, porque si de otro actor tengo especial debilidad (con perdón de Clint, Al y Robert), es de Viggo.
De repente el guión nos saca de la manga a una tal Allison French (interpretada por la insoportable Renée Zellweger), respetable dama que toca el piano y padece de un complejo de soledad que le hace necesitar montar al semental del rebaño sea cual sea el precio y la situación. Ahí es cuando el espejismo se manifiesta y despista al espectador incauto que creía haber ido a ver una película que, de repente, le cambian sobre la marcha. El 'Western' se convierte en una especie de experimento emocional basado en el trío asimétrico formado por Allison, Virgil y Everett. Aquí es cuando, aparte de añadir varias razones para detestar a Renée, el espectador se pierde al mismo paso que el ritmo de la propia historia, que desaparece sin dejar apenas rastro, mostrando graves carencias narrativas y de sentido del objetivo al que se pretende llegar. Uno se da cuenta de que Bragg, el malo, se difumina de repente hasta ocupar un segundo plano que relega su historia, la que creíamos eje del film, entre los bastidores. Uno está acostumbrado a que en las películas del género el autor consigue que odies al malo por sus acciones para luego disfrutar con su caída final. Pero aquí te preguntas dónde está tanta maldad, al tiempo que caes en que estás viendo dos películas en una.
La sensación de timo y de que había que buscar una forma de meter a la Zellweger con calzador cobran vida y nos dejan por delante con más de dos horas de tiras y aflojas, de subes y bajas que arrancan a la película todo atisbo de interés.
Todo esto con un final abrupto, sacado de no sé dónde y que deja un sabor de boca de extrañeza. ¿En qué estaría pensando Ed al escribir el guión? Quizá pretendían reinventar el género y a este servidor se le ha escapado algo, pero tanto sonido chirriante no debe de ser solo cosa mía.
Mención aparte merece Viggo, que es un genio de la interpretación y llena todos los huecos que las deficiencias propias de la historia deja al aire. Qué gestos, qué expresiones y qué maestría del lenguaje corporal. Qué gusto da ver a actores tan enormes y llenos de agasajos al espectador agradecido. Es que se los ha comido a todos, Ed harris incluido, que parecía demasiado abotargado en un papel quizá un poco rígido.
En fin, ahora que Clint se retira de la interpretación, más seguro que nunca estoy de que muy lejos queda la resurreción del 'Western'. Dejémoslo en un proyecto personal que pronto pasará al olvido.
2 comentarios:
Una pena, la verdad, tenía ganas de verla. Si es medio pastel, como que prefiero ir a ver mamporros a tutiplen en Outlander o la (según parece) magistral Red de Mentiras... mañana veremos.
Por cierto, ¡¡¡vote for reseña dark heressy!!!
:P
Pues yo también tengo ganas de ver Outlander. Me he quedado con las ganas de ver red de mentiras, a ver si encuentro tiempo y la veo también...
Parece que la reseña de DH va ganando, pero se ve que la gente viene con ganas de bronca, porque le sigue de cerca el artículo de opinión incendiaria jejejeje...
El pueblo decidirá. Yo, por si las moscas, me estoy leyendo el juego, que siempre hay ideas para incendiar el patio :P
Gracias por pasarte, Nexo!
Publicar un comentario