'Chickenfoot' o cómo hacer rock n' roll en 2009

Por Milán

Chickenfoot ¿Qué narices es eso? ¿Pie de pollo? ¿Una nueva receta que pretende sustituir al Ratatouille? No, para nada, son Chad Smith (batería de Red Hot Chili Peppers), Joe Satriani, Sammy Hagar y Michael Anthony (ex-cantante y ex-bajista de Van Halen respectivamente) unidos en un nuevo proyecto. Su disco, Chickenfoot, salió el 5 de junio y desde aquí os ofrecemos un análisis del esperado álbum de los norteamericanos.

Solo los nombres de la formación ya hacen que nos tomemos en serio el proyecto y sepamos a lo que atenernos, puro rock n’roll de la vieja escuela. La producción es espectacular, y todos y cada uno de ellos se sale en su faceta, pero lo que más me ha llamado la atención es que ninguno (a pesar de su poderío individual) pretende estar por encima del otro. El disco destila diversión, buen rollo y como no una buena dosis de virtuosismo por los cuatro costados, los músicos empastan a la perfección y se nota la química que hay entre ellos.
Desgranaremos los temas que a mi parecer, pueden resultar más atractivos (aunque uno por uno son todos formidables).

Comienzan con Avenida Revolution, buen tema para abrir fuego, potente y muy rockero en el que la fusión de los grupos de procedencia se hace patente al igual que a lo largo del álbum, Hagar cuenta con 62 años y canta con la misma potencia que en el 5150 de Van Halen de 1985, impresionante.

Sexy Little Thing despertará en los fans de Satriani el feliz recuerdo de la mítica introducción de “The Extremist”, tema de gafas de sol para poner muy alto en el coche en un día de playa, muy divertido.

Get It Up es uno de esos temas en los que han conseguido desvincularse de sus raíces y que más originalidad posee, el riff es una caña, las melodías vocales entre Michael Anthony y Sammy Hagar son una pasada, Satch teje un solo de ensueño sobre la magistral base percusiva de Smith, fantástico.

My Kinda Girl es una de esas canciones en la que no sabes con quien quedarte, la sección intermedia posee un coro acompañado con una base de armónica portentoso y la entrada al solo pone la carne de gallina con un salvaje juego de armónicos de Satriani para conducirnos posteriormente al estribillo. Sin palabras.

Learning to Fall es la única balada del disco, preciosa y muy sentida, la base musical para el desarrollo de la armonía vocal es brutal y Sammy hila unas vocales formidables, el momento tras el primer solo en el que quedan Hagar y Satch (acompañando solo con su Cry Baby) para llevarnos al desarrollo final es simplemente precioso.

Turnin’ Left… demoledora… con eso lo digo todo.

Chickenfoot es un disco de auténtico lujo y probablemente el mejor álbum de rock en lo que llevamos de año, los cuatro músicos han sabido empastar a la perfección dando lo mejor de si mismos sin eclipsarse el uno al otro, talento desbordante y frescura musical, que hará las delicias de los más rockeros.