'The Walking Dead', tercera temporada; más benévola de lo que podría haber sido

'The Walking Dead' atesora el curioso don de parecerse más al cómic del que procede cuanto más se aleja de él. Toda adaptación de un formato narrativo a otro demanda sutiles cambios en el matiz de la historia para que sea más digerible según sus propias claves. No es lo mismo un dibujo en una viñeta que ver cómo pasan las cosas en una pantalla a personas de carne y hueso. Los ritmos son distintos, las necesidades también. La primera temporada fue, a mi modo de ver, las más floja y curiosamente, tras el abandono de Frank Darabont en pleno rodaje de la segunda, es cuando la serie arranca realmente y los zombis empiezan a dar miedo.

Esta tercera temporada es una continuación de la degradación humana que ya se deja ver durante la segunda con los enfrentamientos entre los miembros del grupo. Ahonda en la pérdida de los valores de una civilización muerta al son de la pura supervivencia. Rick pierde los papeles por momentos debido al desgaste del liderazgo, su hijo se convierte en un creíble niño obligado a crecer en un mundo donde "o matas o mueres" y los débiles se hacen fuertes y los fuertes corren el riesgo de confiarse y perecer. Otro elemento que mantiene el éxito de esta serie es que no le puedes coger cariño a ningún personaje, ya que, como pasa en Juego de Tronos, cualquiera puede morir en cualquier momento y, sinceramente, conociendo cómo se las gasta el cómic, uno se teme lo peor al inicio de cada capítulo. En definitiva, me ha parecido muy convincente la evolución de los personajes y las situaciones, cada vez más acostumbrados al mundo que les ha tocado vivir, tratando a los caminantes con una determinación que difícilmente nos podríamos haber imaginado en la primera temporada.

Quiero volver en este punto a las variaciones argumentales que introduce la serie con respecto al cómic. Se trata de un valor añadido para quien lo ha leído porque, si bien mantiene el tono y la atmósfera del original, juega a adelantar, atrasar y mutar directamente líneas argumentales para que hasta el más ávido lector de cómics quede sorprendido al final de cada capítulo. La tercera temporada cierra arcos argumentales abiertos previamente y abre otros nuevos, dejando los suficientes cabos sueltos para atisbar en el horizonte una cuarta (ya anunciada) con muchas cuentas pendientes y personajes por explotar.

En el lado sombrío destacaría el empeño de los guionistas por pintar al personaje de Andrea como una idiota que no sabe ver lo que tiene ante las narices. Recordemos que este personaje ya se hizo antipático en la segunda temporada y se entiende que su "inocencia" era un ingrediente necesario para abrir según qué puertas, pero lo cierto es que es uno de los personajes más desaprovechados y tergiversados con respecto a su versión en papel. Por otro lado, cabe destacar un desequilibrio en el guión en cuanto a las convicciones de unos y otros personajes. Algunos, como Merle y el propio Rick, son tozudos y vehementes, luchando por sus intereses y creencias hasta el límite del absurdo; pero otros, como Tyrese y los de su grupo, son demasiado maleables, puede que ingenuos dado el marco general, y apenas destacan como transición propiciatoria, de excusa para el bandazo de guión que luego tanto nos gusta. Aun así, cuesta creer que algunos personajes cedan tan fácilmente a las presiones de desconocidos cuando la tónica predominante es la desconfianza en un mundo de pura supervivencia.

El final ha sido un poco precipitado, concentrado en dos capítulos finales que desdibujan personajes de peso y transforman radicalmente a otros sin que al espectador le dé demasiado tiempo para asimilar la variación del ritmo. Si bien puede que algo forzada, la serie se mantiene firme a su filosofía y en un cómputo global consigue lo que pretende: entretener y fascinar sin apenas dejarte respirar. No en vano ha sido una de las más seguidas del año y probablemente lo siga siendo en su próxima cuarta temporada. Con todo, esta tercera temporada peca de final algo benévolo dadas las expectativas que ha ido plantando a lo largo de sus capítulos. Yo, tras leer el correspondiente momento del cómic, me esperaba algo mucho peor (y no digo que termine bien, ojo).