The Flash [primeras impresiones]

'Arrow' es una serie tirando a floja, pero resultona, todo hay que decirlo. Un semi-procedimental con metatrama creciente que vive de los guiños a los pesos pesados del universo cómic de DC, aunque no serían pocos los que dirían que ha robado directamente los ingredientes al universo más concreto de Batman. Debates gafapasta aparte, lo cierto es que The CW ha sabido amalgamar los tintes más oscuros del sello de cómics con un estilo narrativo familiar y para todos los públicos que hace las delicias de grandes y pequeños.

¿Y por qué hablo de Arrow cuando la entrada va de 'The Flash'? Pues porque esta serie nace gracias al tirón de la primera, un crossover puntual que le da carta de naturaleza y alas propias. Por lo demás, la fórmula es la misma, a saber: un tono puro y bondadoso, casi infantil, con unos personajes que llenan los huecos reservados para los necesarios tópicos narrativos y un encaje del héroe y su ciudad más acelerado que su homólogo de la capucha verde. Si el primero tuvo que comerse una temporada para ir formando a su equipo, el bueno de Barry Allen cuenta con uno a medida casi desde el principio.

Sin embargo, 'The Flash' cuenta con elementos que lo hacen apetecible por derecho propio. Para empezar, los superpoderes. Veamos, en las series de superhéroes que se están poniendo de moda, lo normal es seguir la estela de los cómics, y estás presentan un canon universal: el héroe ha de estar a la altura de sus némesis, o viceversa. Así, si Flecha Verde lucha contra otros arqueros salidos de debajo de las piedras (inclúyanse todo tipo de expertos en artes marciales con planes de dominio mundial empezando por Starling City), Flash se las ve casi desde el principio con enemigos igual de dotados que el de poderes sobrehumanos. Y el caso es que la acción lo agradece, nutriéndose ésta también de personajes conocidos de la viñeta, bien encajados en la serie y protagonistas de un crescendo paulatino que va acercándonos a su propia metatrama.

Y hablando de metatrama, el segundo elemento que atrae de esta serie es que el pasado de Barry está plagado de secretos que lo perseguirán hasta su puesta de largo con el traje rojo y más allá. La muerte de su madre, la encarcelación de su padre, el policía y vecino bondadoso que lo acoge como a un hijo y, sobre todo, la doble cara del doctor Wells, líder en la sombra del grupo de apoyo del héroe.

Quizá por su tratamiento más directo de los puntos calientes argumentales, 'The Flash' se hace más agradable al paladar si cabe que su matriz 'Arrow', con la gracia además que tiene su protagonista, interpretado por Grant Gustin, que le da varias vueltas a su homólogo arquero en cuanto al repertorio de emociones desplegables en pantalla.

Con todo, y todas las reservas que pueden esgrimirse con un producto de este tipo, es una serie entretenida que me está gustando conforme consumo capítulos. Recomendable para los aficionados incondicionales de los cómics y los que no lo sean tanto y disfruten con una comedia ligera sin tanta comedia y algo más de superdrama.

Mi valoración: