'Deadpool', la redentora de causas perdidas
El cine de superhéroes, concretamente el de Marvel, viene adoleciendo en los últimos tiempos de dos problemas: insistir en su target juvenil y ejecutar la fórmula narrativa hasta la náusea. Dicho de otra manera, aunque haya muchos adolescentes y jóvenes adultos y por mucho que contemos siempre la misma historia con ligeros matices, eso no hará que tu película sea mejor. Otra cosa es que recaude, y eso aún no es un problema para los grandes estudios que tienen a la gallina de los huevos de oro a plena producción.
En circunstancias normales, y visto lo visto, cabría pensar que la cosa está condenada a seguir así hasta su agotamiento definitivo, para bien y para mal. Lo que pasa es que, de vez en cuando y sin esperárselo uno, surgen acicates que vienen a sacudir el ramaje y despertarnos del letargo de la zona de confort. Eso, en el mundo cinematográfico de los superhéroes, se llama 'Deadpool'.
'Deadpool' surge, como los mejores caramelos, de donde menos se lo espera uno: por un lado una Fox que no acaba de cogerle el ritmo a Disney con esto de los supers ('Los 4 Fantásticos') y, por el otro, un actor que ya casi nadie se toma en serio (Ryan Reynolds) pero con el coraje suficiente de no ceder ante la abrumadora realidad y apostar por proyectos pequeños. El primer toque de atención de Deadpool fue un corto que enseguida se hizo viral y despertó las peticiones de fans al estudio. Vistos los escasos minutos de metraje experimental, todo el mundo se da cuenta de que han hecho lo más importante: captar el tono genuino de un antihéroe memorable.
Así se dio luz verde al proyecto, con un modesto presupuesto de algo más de 50 millones de dólares (en el momento de escribir esta entrada lleva más de 200 recaudados) y mucha más ilusión que medios. ¡Y qué duda cabe de que es en circunstancias apretadas en las que surgen y se ejecutan las mejores ideas! Ciertamente es así, ya que 'Deadpool' se presenta como una historia mediocre, pero relatada con un guión que, observado de cerca, debería estudiarse en las escuelas de cine. Un no parar, oiga, desde los mismos créditos iniciales, que no permite al espectador coger aliento entre carcajada y carcajada. Y es que, posiblemente, el hecho de poner el acento en el cómo en vez de en el qué sea también el punto fuerte de 'Deadpool'. En efecto, las producciones de gran presupuesto que pretenden encapsular grandes y complejas historias en dos horas de metraje casi siempre se quedan cojas de algún lado, mientras que la fórmula de contar algo sin pretensiones, pero salpicado de calidad narrativa y una audaz realización consigue lo que se pretende, que no es otra cosa que lograr un entretenimiento máximo sin renunciar al ingenio y el humor inteligente. Y es que 'Deadpool' es lo que es, sin trampa ni cartón.
Así, en algo menos de dos horas, la película concentra enormes dosis de humor negro (muy negro), referencias y "huevos de pascua" de todo tipo y una agilidad narrativa de la que otros deberían tomar nota. Y, por si fuera poco, esta película ha redimido a dos de los actores más sosos del panorama: el mencionado Reynolds, que ve así relanzada su carrera en el circuito más comercial de Hollywood, y su contrapartida femenina: Morena Baccarin (Homeland, Gotham), de la que descubrimos un sistema circulatorio con sangre y todo). Es más, 'Deadpool' entra, sin comerlo ni beberlo, como elefante en cacharrería para redimir a un genero completo que se resecaba por dentro, sin que pudiéramos apreciarlo entre los destellos efectistas del exterior, y se postula como una de las franquicias a tener en cuenta de cara al futuro de las diversas propuestas Marvelitas.
Por el camino se deja la posible aparición de más personajes, cameos (resueltos magistralmente) o escenas grandilocuentes. Pero para qué, si Wade Wilson es un socarrón casi inmortal que se basta con un chiste y un golpe de katana para sacártelo todo como espectador. Echaba de menos un cine de este tipo orientado a la generación de los treinta y muchos/cuarenta y pocos que se dejase de chorradas maniqueas y corrección política y abrazase el gamberrismo más desacomplejados. Y si encima sabe reírse de sí mismo, mejor que mejor.
Por eso yo te animo a que la veas independientemente del terrible tráiler que la promociona y te relajes, porque te lo vas a pasar demasiado bien para ser verdad. Que tomen nota los demás, porque el listón se ha puesto insospechadamente alto.
'Deadpool', la redentora de causas perdidas
Reviewed by Omar El Kashef
on
11:02
Rating:
Comenta desde Blogger o Facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario