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Aversión al riesgo, ese círculo vicioso tan nuestro


En nuestro pequeño cesto de mimbre de los juegos de rol (cada día me da más pereza llamarlo sector, industria o lo que sea), de un tiempo a esta parte hemos importado un sistema que funciona razonablemente bien en otras latitudes pero que se ciñe como anillo al dedo a las peculiaridades ideológicas de nuestros particulares "emprendedores". Y entrecomillo la palabra "emprendedores" porque, a poco que nos fijemos, la cosa tiene poco de emprendimiento y bastante de chupopterismo, eso sí, suavizado con la pertinente capa de aflicción, pena y espíritu de sacrificio para que el público, muy necesitado de dar y recibir afecto también, esté contento. Vamos, una marca de lo más española.

Hablo de esa forma de "apoyar" a las editoriales pequeñas (no sé si micro o indies o qué) que consiste en donar  una cantidad económica que ya ni es la voluntad, sino que viene estipulada en un abanico progresivo de tanto das, tanto recibes, para que un juego pueda ver la luz y que, de otra manera, estaría condenado a no ser traducido ni existir en la lengua cervantina. Esto convierte a los donantes en accionistas de facto de una iniciativa que por lo demás te puede "regalar" en concepto de dividendo un dado, un póster, una palmada pública en la espalda o un saco de buenas intenciones, aparte del libro propiamente dicho, pero gracias a la cual los demás podrán disfrutar de ese fruto prohibido.


A mí, particularmente, me parece un buen método para emprendedores faltos de liquidez inicial y con ganas de aportar su peldaño en esta escalera que a saber adónde conduce. Vamos, que como medida extraordinaria y puntual para echar a andar la maquinaria, a veces es hasta necesario tirar de "voluntad", más en estos tiempos donde te piden hasta una muestra de la primera papilla ingerida para que el banco te conceda un crédito (eso o hipotecar a la suegra, si es que sigue viva). Entiendo que, una vez alcanzada una base económica que permita la viabilidad de un proyecto, lo ideal sería que ese proyecto devengase los beneficios suficientes como para mantener viva la iniciativa, si acaso (madre mía, ¡si acaso!) apoyada por el compromiso de sus promotores, que son quienes sacan un beneficio inmediato del tinglado, por escaso que sea. O, dicho de otra manera, con aportaciones de capital del editor, que para eso ha tenido la idea libre de meterse en el berenjenal; lo que viene haciéndose toda la vida para montar lo que a todas luces parece una empresa por mucho que se quiera proyectar al escenario como una ONG que lo hace todo por la afición (discurso que a mí particularmente ya me arruga el gesto).

Pero esto implicaría meter en la ensalada un ingrediente al que nuestros "emprendedores" son particularmente alérgicos: el riesgo. Cuántas veces he leído la justificación de un precio alto con eso de que "son empresas al fin y al cabo y tienen que ganar dinero", pero luego nadie reclama la misma consideración inicial cuando se trata de las fórmas que tienen esas "empresas" de acumular el capital de inversión.

Dicen los que entienden de cosas de números que en toda empresa (por lo de emprender más que por lo de compañía) el riesgo asumido es proporcional a los éxitos o desastres cosechados. Ahí entra el bueno ojo: dónde arriesgar, con qué, cuándo y para qué. Con el rol no debería costar mucho hilar fino, saber qué nos podemos permitir y qué no, pero el caso es que esta actividad es una de las más riesgoaversas que he tenido el placer de toparme. Antes menos, sí, pero de un tiempo a esta parte el participar de las mieles del éxito sin arriesgar un duro se está convirtiendo en lugar común, en habitual, en algo percibido incluso como aconsejable. Total el usuario recibe su libro de todos modos y el donante, además, un ejemplar dedicado. Lo dicho: mucho amor que dar y recibir... Pero lo importante casi siempre no es llegar, que para eso se puede vender tantas almas como tengas al diablo, sino cómo llegas. Eso también cuenta y además establece el listón para los que vengan detrás de ti.

Pero yo creo que esto es como con la famosa burbuja del ladrillo, muy español, como dije antes. Si basamos nuestra forma de funcionar en coordenadas que poco tienen que ver con las fórmulas del emprendimiento clásico en su concepción (en gran medida la autosuficiencia empresarial y la viablilidad del producto) y mucho en su objetivo y desenlace (recaudar fondos para explotar productos y obtener un beneficio a la larga que permita perpetuar la actividad), me temo que estaremos montando el castillo de naipes en unas bases terriblemente frágiles. Y es algo que está pasando todo el tiempo a nuestro alrededor con los Estados quebrados: el dinero siempre tiene que salir de la base, del contribuyente, del de a pie, dando lugar a un círculo vicioso donde la innovación, el crecimiento y la capacidad de adquisición se van poco a poco por el desagüe. No puede ser que hasta en el rol el comprador de a pie tenga que mantener el sistema más allá de su función de comprador. Ahora, si queremos jugar a tal o cual cosa, tenemos que ser patrocinadores, filántropos, donadores de "la voluntad" preestablecida en baremos y escalas, que puestos a estar cómodos...

Ya digo que no lo veía y sigo sin verlo claro. Porque la riesgoaversión es uno de los factores que más anquilosan cualquier actividad, impidiéndole desarrollarse como podría hacerlo potencialmente, y eso implica empobrecer el tejido desde su base. Y qué curioso que un día sí y otro también nos quejamos de que esto de rol no levanta cabeza; que no pasamos de cierto punto de masa crítica; que casi siempre se queda corta; que no eclosionamos; que no llegamos al Valhalla de la distribución, y si lo hacemos es de forma tan anecdótica que ni siquiera contamos en el cómputo general. Entonces... ¿en qué quedamos?

Respetando el derecho de cada cual a hacer con su vida lo que quiera, yo me haré donante de causas nobles el día que se repartan dividendos en líquido entre los accionistas voluntarios. Claro que así no podría llamarme donante. Sería otra cosa bien distinta...
Aversión al riesgo, ese círculo vicioso tan nuestro Reviewed by Omar El Kashef on 12:25 Rating: 5

21 comentarios:

Endakil dijo...

Nunca me había parado a ver todo esto como una suerte de pseudo-cooperativismo (pero sin reparto de beneficios).

Un artículo muy lúcido. Creando opinión. All the prizes ;)

Max-Steel dijo...

Viendo la situación actual del mundillo rolero en general y las editoriales en particular esa aversión al riesgo la veo bastante comprensible.

Si en la industria del ocio electrónico (que mueve más dinero que el cine, recuerdo) se ven cada vez más ese tipo de iniciativas no veo porque en una cosa más humilde como es el rol no se van a ver, y mucho.

Creo imaginar a quién tienes en mente al escribir la entrada, y en en editoriales más o menos grandes que funcionen profesionalmente y editen productos más o menos masivos estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto, pero si hablamos de un editor "independiente", que lo hace casi por amor al arte y pone su empeño y trabajo en el proyecto me parece razonable que intente, por lo menos, no perder dinero en el proceso.

Athal Bert dijo...

Yo no se mucho de esto, pero me da que el crowfunding, mecenazgo o como se quiera llamar en el rol y España no se hace desde una perspectiva de negocio, es decir quitando el caso de Aquelarre, en que quizás si, me da más la sensación que no se cobra por el trabajo hecho, o se cobra miserablemente y que o se realiza por gente que no lo hace con ánimo de lucro, sino como un proyecto personal, que no es criticable, o se hace como estrategia comercial de fuego muuuuuuy lento. En ambos casos por aficionados, no por empresarios.
Criticar al empresario, con capital, por no arriesgar pues puede tener, criticar al aficionado pues oye no, que al fin y al cabo hace lo que le da la gana y no obliga a nadie.
¿Esto "distorsiona" la industria? Pues probablemente encontraremos pocos sectores donde las empresas puedan encontrar competidores que no desean cobrar por lo que hacen y eso complica el panorama empresarial claro, pero por otro lado la consecuencia debería ser un producto más profesional para poder justificar precios y ganancias. Nos encontramos por eso en un "mundillo" de clientes con un alto grado de afición por la creatividad, acostumbrados al esfuerzo de preparar su ocio y que han llegado a una edad adulta en que se pueden plantear seriamente realizar proyectos personales propios y serios, para su propio consumo y con unos medios actuales que permiten una presentación resultona que da un barniz de profesionalidad y ¿porque no compartirlo al final? No conozco muchos sectores empresariales que tengan ese "handicap", que es una oportunidad para el aficionado a su vez, y debería facilitar a la industria encontrar esos "cerebros" capaces de realizar los mejores productos.
Al final más que como actividad empresarial (que pueda o no incluir el riesgo) quizás deberíamos observar el mecenazgo como una especie de cooperativismo, o una autogestión comunitaria.

Athal Bert dijo...

Si es que con la panda de rojos que son los roleros, esto no podia acabar de otra manera ;)

Jon Nieve dijo...

A mi es que el tema de preventas y mecenazgos (o como queráis denominarlos) no me gustan y no participo en ellas. Aparte de todo, es que luego, además, te puedes llevar sorpresas.

Eso si, igual que no me gustan como consumidor, como "potencial editor" estaría encantado con que el mayor número posible de aficionados fuera seguidor de las mismas. Creo que se me entiende, ¿no?

F&H

Omar El Kashef dijo...

Sí, Jon, se entiende desde una concepción cortoplacista del negocio, sin duda XD

Morgan Blackhand dijo...

Cierto, sin riesgo no se puede montar realmente una industria. Pero a mí el mecenazgo me parece cojonudo, porque permite sobrevivir en épocas de vacas flacas o (por lo menos en USA) dar a conocer productos que no se editarían de otro modo.
Eso sí, no estaría de más el que, una vez demostrada la viabilidad de una iniciativa, cambiar a un método de autoedición diferente.
Eso sí, de momento me parece que los pros del crowdfunding siguen ganando a los contras.
Lo de no fiarse será en España (al carecer de infraestructura, porque Lánzanos como que no cuenta), pero fuera páginas como Kickstarter son propiedad de Amazon y eso para mí es garantía de sobras.
De todos modos muy buena reflexión.

Terrax dijo...

Muy buena entrada, Avatar, eres el azote de las mentes en letargo ;P

No obstante, caerá en saco roto porque ya sabes que el que quiere tirar de victimismos o sacándole la cara a ciertas editoriales o productos en detrimento de otros lo va a seguir haciendo con este y con cualquier otra opinión aunque la hubiese pergeñado Gygax postmortem.

Jose Tellaetxe Isusi [AK-47] dijo...

Buenos días.

Con todos mis respetos, me parece que te equivocas de perpectiva, Avatar.

El riesgo, como el miedo, son libres. Otra cosa es que el concepto «aceptar riesgos» sea aplicable a todos los elementos que componen un sector, ni mucho menos una condición indispensable para que el sector exista ;)

Sí llevas razón en que todo esto supone una manera de retroceder porque viene a escenificar que la estructura de nuestro mercado no soporta la asunción de riesgos, y por tanto, cada cual responde desde sus posibilidades ante un hecho diáfano. Pero no lo peyorizaría (sé que no lo haces).

Por no alargarme, diría finalmente que nuestro sector todavía está lejos de ser profesional puesto que hay demasiados modos «amateurs», legítimos, pero «amateurs».

Y al hilo, hasta que el futuro no nos diga lo contrario, me parece bien que este tipo de alternativas «huidizas del riesgo» existan, porque ayudan a que no retrocedamos más de lo que hemos hecho, que no está el horno para muchos bollos XDDD

Venga, un abrazote

Jose

JC dijo...

Yo entiendo que toda empresa debe financiarse del modo más barato que le permita el mercado. El dinero es dinero, no hay financiación de primera y de segunda categoría. Me da igual si va a un banco o a una sociedad de capital riesgo o si se busca un "business angel", si emite deuda o participaciones de capital, si negocia con proveedores para retrasar el pago o si negocia con los clientes para adelantar el pago. Mientras su modelo de financiación sea privado, libre y legal, que haga lo que le sea más rentable (otra cosa es andar mendigando subvenciones a costa del dinero de todos).

En toda empresa lo que hay que hacer es, precisamente, minimizar riesgos y costes. Si el mercado te permite financiarte a través de los clientes, y es el sistema más eficiente para tu tamaño o modelo de negocio, adelante. Lo estás haciendo bien. Pero ponerte una soga al cuello y asumir mayores costes financieros por quedar bien o hacer las cosas como se espera que se hagan... Bueno, yo diría que eso es, precisamente, un buen ejemplo del inmovilismo y la falta de innovación que anquilosan un sector.

Athal Bert dijo...

La verdad es que lo que dice Jose me parece también acertado. El amateurismo proporciona una presencia sectorial pequeña y muy discreta, pero está allí. Como comenté antes aporta cosas positivas como poder detectar aquellos que realmente destacan para agregarlos al sector profesional (cerebros) además de aportar datos de la salud del sector (coño si hay una mecenazgo y resulta que se recaudadn 1000 € mal vamos, si se recaudan 10.000€ es que hay sector). De hecho hace poco el creador del videojuego Day of the Tentacle consiguió una cifra récord mediante crowfunding para desarrollar una aventura gráfica que ninguna casa de videojuegos quería financiar porque según ellos no había demanda.
Por otro lado lo que comenta JC de que el mecenazgo es además una financiación más barata también es algo interesante de cara a abaratar precios. Una relación directa productor - cliente sin intermediarios es lo que se pide en muchísimos otros sectores, ¿tienen que ganar los bancos un porcentaje por financiar un producto y encarecerlo cuando lo puede financiar el mismo cliente? Creo que no. Lo que nos parece aversión al riesgo en el rol en otro sector más consolidado lo aplaudiríamos porque probablemente podrían sacar beneficios pequeños de cada venta pero que con muchas ventas serían un buen beneficio, con el nivel de ventas del sector rolero (si es sector) se hace más complicado. Por tanto, puedo entender la práctica a nivel de tirada, no como aversión al riesgo sino como contentar a la demanda (con matices) y donde si creo que existe la aversión al riesgo, no es tanto en la tirada sino en la inversión de difusión y publicitaria que habría de generar más demanda: publicidad y presencia mediática. Y pese a ello, tenemos las experiencias recientes de los Edge days, las SomCom (esta no se si son recientes o no), en medio de un contexto de crisis económica, lo que de alguna manera indica que algo se meuve también en ese campo.

Omar El Kashef dijo...

Jose, Athal: ¿qué sector profesional? Es como lo que se decía más arriba de las editoriales independientes. ¿Independientes con respecto a qué? Entiendo que esa independencia sería lógica con respecto a un sector establecido con su mecánica, pero el caso es que ese sector no existe. ¿No será algo tan sencillo como que, más que indies, todos somos pequeños y no tenemos ni la información, ni las herramientas para hacerlo de otra manera? Es la única forma que tienen esos ""Cerebros"" de jugar a ser gurús, y entiendo la férrea defensa de ciertos modos de funcionamiento, aunque no los comparta, y matizo, en su generalización como hecgho consumado e inevitable. Las excepciones son siempre bienvenidas, llámense mecenazgos o voluntariado social (que se está poniendo de moda).

Athal Bert dijo...

por cierto como es que no se puede uno suscribir a los comentarios en tu blog?

Omar El Kashef dijo...

Pues ni idea... Sólo sé que Blogger está metiendo mano últimamente a todo lo que tiene a mano... No sé...

Athal Bert dijo...

Los que son "cerebros" los decide la industria, son aquellos a los que ficha y por quien apuesta. Devir por ejemplo cree que no hay nadie en España que cumpla requisitos.Por tanto, quien quiera jugar a ser "gurú" que lo haga bajo su cuenta y riesgo, pero lo que está claro al final es que en una actividad comercial lo que priman son las ventas y no los reconocimientos de algunos aficionados por mucho que pueda llegar a pesar a algunos.

El llamado "sector" es por llamarlo algo, sea o no significativo en un panorama industrial o comercial, aunque el sector del rol sea ínfimo lo podemos seguir llamando así y creo que seguiría siendo correcto, aunque aun lo sería más si lo llamaramos "sectorcito".

Omar El Kashef dijo...

Lo curioso es que la mayoría se mueven exclusivamente por y para el reconocimiento, poniéndose como medalla que en realidad no saben de lo que hacen o no ganan dinero ;)

Y en cuanto a lo de que priman las ventas, yo añadiría un matiz: priman las ventas y la conservación del entorno; porque hay estrategias que van muy bien con eso de vender, pero se cargan la infraestructura que sustenta al mercado.

Meladius dijo...

Es que invertir dinero de verdad en el rol en España no es riesgo, es suicidio. Ni siquiera las grandes editoras de rol tienen a este como su principal fuente de negocios.
Cuando el mercado es tan pequeño la proesionalización es casi imposible.

Omar El Kashef dijo...

Ese siempre ha sido el discurso, en vacas flacas o gordas, y razón que ha alimentado este círculo vicioso tan nuestro :p

Meladius dijo...

Pero entonces ¿como rompemos ese circulo vicioso?. O sea, ¿una gran inversión en el mercado del rol romperia eso?.
Yo es que tengo serias dudas.

Omar El Kashef dijo...

Se empieza con la actitud que lleve en esa dirección, no con el deseo de cambiarlo todo de la noche a la mañana. Tan malo es lo uno como lo otro, creo yo...

Athal Bert dijo...

Pues eso: los Edge Days ya es un primer paso: Un evento multilúdico.
Y habrá quien lo haga por el reconocimiento y habrá quien lo haría igualmente para el mismo, y ya puestos se lo curra un poco más y ya ha escrito un libro... solo le falta plantar un árbol y tener un hijo y ya puede morirse realizado. Joder, lo normal en la población es que la gente no escriba el libro pero con los roleros creo que es más raro que hayan plantado un árbol que escribir su propio juego!

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