'Mr. Robot', haciendo añicos la cuarta pared
Pocas veces en mi vida de seriéfilo he sentido cómo una historia me cogía por las solapas y me daba un bofetón de calidad en toda la cara, con la salvedad quizá de 'Breaking Bad', aunque este caso es distinto.
'Mr. Robot' no es una historia que empiece bien y vaya a mejor, sino que comienza con una contundencia que ya quisieran muchas y evoluciona hasta límites que tocan literalmente la demencia. Sí, confieso que me ha dejado KO esta serie creada por Sam Esmail y protagonizada con una autoridad que jamás hubiésemos intuido en un actor que tenía todas las papeletas para perecer en la zona gris de los talentos secundarios como Rami Malek, sin perder de vista la réplica de un rescatado Christian Slater que da lo mejor de sí.
'Mr. Robot' usa como telón de fondo el inframundo de los piratas informáticos y el estribillo de destruir el sistema encarnado en una megacorporación llamada E-Corp (Evil Corp). Pero en cuanto ves cómo trabajan los piratas, te das cuenta de que nada tiene que ver con ese enfoque tan obscenamente gráfico del lenguaje y la confrontación informática, muy poco dada a la escenificación intuitiva y más afín a la aridez de las pantallas negras y las interminables líneas de código. Esto, señores, ya es un avance de la ambición con la que va cargado el relato. No solo ha de ser convincente, sino parecerlo.
Pero lo cierto es que la metatrama, genialmente hilada con un guión a prueba de bombas y constantes giros y sacudidas de timón, es una excusa excelente para lanzar una durísima crítica al espectador y la forma de vida que ha abrazado, a caballo entre el autoengaño en las redes sociales y la vida vacua de la sociedad de consumo postmoderna. Esto lo consigue desde el punto de vista de su protagonista, Elliot, un pobre diablo que ha de convivir con dos hechos: ser un perturbado antisocial lleno de traumas y tener una mente privilegiada para las bambalinas de la informática. No en vano, trabaja en una empresa de seguridad cibernética, nexo esencial entre los polos de la historia.
Pero las sombras también persiguen a los personajes aparentemente normales o "felices", y nos encontramos con un análisis descarnado de las miserias de la gente y su afán por taparlas bajo toneladas de apariencias y autoengaño, independientemente del estrato social. Así, como si de una muestra sedimentaria de la pequeñez humana, conoceremos un elenco de personalidades que van desde el callejón de los camellos hasta lo más alto de la sociedad, conformando un retrato general más que perturbador y claustrofóbico que nos obliga a reflexionar mientras tragamos saliva. Aquí, la gente, más que en ninguna otra serie que haya visto, es retratada como islas a la deriva que ocasionalmente colisionan entre sí, algunas con una ambición que raya con la psicopatía, otras con una necesidad de sobrevivirse a sí mismas que conduce a constantes callejones sin salida. Y la historia consigue que todo esto funcione en una salsa muy elaborada y una presentación descarnadamente eficaz.
Pero lo que remata el conjunto es el retrato de la locura, su tratamiento subjetivo que abarca al propio espectador, convirtiéndolo en parte de la trama, haciéndolo partícipe pasivo de una serie de acontecimientos que se le escapan obligatoriamente. Y aun así, Rami Malek consigue hacer añicos la cuarta pared con una finura y una sutileza que obligan a una revisión de la serie una vez la has concluido, una vez se desvelan todas las cartas y te quedas boquiabierto ante la cantidad de cosas que parecen lo que no son.
No digo más. Creo que es una serie que merece un descubrimiento y un bautismo por parte del espectador. Creo sinceramente que es de esas que hacen pequeño lo que venga después. Y a lo mejor me equivoco, pero creo que pasará más desapercibida de lo que merece. Así que hacedme caso y vedla. ¡Ya!
'Mr. Robot', haciendo añicos la cuarta pared
Reviewed by Omar El Kashef
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13:02
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1 comentario:
Nada más que añadir, señoría...
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