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'The Last of Us' y la radical belleza del fin del mundo


Con la saga de Uncharted, Naughty Dog ya había demostrado que era capaz de sonrojar al mejor de los guionistas de Hollywood. Cualquiera que haya jugado a alguno de sus juegos ya sabe que esta desarrolladora domina como pocas eso de dar vida y verosimilitud a los personajes que crea, dotándolos de un trasfondo, una carga emocional y una capacidad de comunicación sin parangón en la industria del videojuego. Podría decirse que han superado a la propia industria del cine, alienada ésta de sí misma, como irónico baluarte final de la calidad cinematográfica, pero sin el cine. Y esto solo era la punta del iceberg, por Naughty Dog sobresale en todas las facetas que pueden hacer grandes los videojuegos. Por todo esto, ya desde hace meses algunos nos mordíamos los muñones ante el anuncio de una nueva propuesta, alejada de los fantásticos Uncharted, pero dispuesta a dejarnos sin aliento desde el primer teaser trailer. ¿Será así o se habrá quedado en un mero intento?

La historia de 'The Last of Us' transcurre 20 años después del estallido de una enfermedad altamente infecciosa que hace que las personas se vuelvan terriblemente violentas y se lancen a devorar a los demás. En ese tiempo, la humanidad, tal como la conocemos, se ha ido al garete y los pocos supervivientes que quedan se reparten entre ciudades controladas por lo que queda de las fuerzas del orden y grupos de supervivientes carroñeros, a cual más violento con tal de comer y sobrevivir un día más. A este escalofriante telón de fondo, donde impera la ley del más fuerte, hay que sumar la permanente amenaza de los infectados, que siguen pululando por las calles, edificios y sótanos de ciudades y pueblos abandonados. Han mutado en tres categorías: los corredores, aún en fases tempranas de la infección, los chasqueadores, mutados hasta el punto de verse reducidos a masas casi irreconocibles, y los "hinchados", auténticas monstruosidades difíciles de matar con nada que no sea el fuego.


Pero, aparte de un genial ejercicio de narrativa postapocalíptica, 'The Last of Us' es la historia de un viaje, el de dos personas que se encuentran en medio de este infierno y emprenden la peregrinación de encontrarse, conocerse y llegar a quererse desde una hierática contención, hija de unos tiempos que no dan cabida a las emociones, a menudo delatoras de una debilidad que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Hablamos de Ellie y Joel, la primera una niña de catorce años y el segundo un veterano superviviente que perdió a su hija la primera noche del estallido, cuando el caos se apoderó de Estados Unidos. Toda la historia, sin excepción, gira entorno a estos dos personajes y adopta la forma de un viaje, tanto físico como emocional, magistralmente resuelto desde uno de los guiones más sólidos que he tenido el placer de paladear jugando.

Aparte de la carga humana y emocional, el otro protagonista de la historia es el propio entorno que los personajes atraviesan en su viaje, del que aquí no daremos cuenta para que quien lo juegue viva sus matices y sorpresas sin predisposiciones. Atravesaremos innumerables escenarios a los largo de sus entre 15 y 18 horas de juego individual, desde ciudades abandonadas, hoteles, pueblos, alcantarillados, hospitales y universidades. El esfuerzo llevado a cabo para que el entorno resulte inmersivo y eficaz a la hora de añadir tensión a la historia ha sido ingente, llenando de connotaciones y matices los escenarios que vayamos visitando. Cada lugar es como un bodegón funesto, una tétrica foto fija de lo que fue la civilización en el escaso lapso en que dejó de existir tal como la conocemos. La naturaleza va abriéndose paso entre los restos de la humanidad, dando lugar a una contrastante belleza paradisíaca solo desmentida por la persistente constancia del peligro que acecha en cada esquina, ya sea en forma de saqueador o infectado. Los detalles son muy numerosos, desde pintadas escalofriantes en las paredes, cadáveres ya resecos diseminados por todas partes, vehículos abandonados y rastros de sangre ya reseca que nos traen imágenes de un escenario tan vivo como los personajes.


Este juego ha hecho una enorme apuesta por la jugabilidad y la excelencia técnica, sobre todo en el aspecto visual y el juego de luce. Ha apostado por un sistema de control muy fluido, casi orgánico, en el que los movimientos y el combate fluyen perfectamente, dejando el cuerpo a cuerpo, los tiroteos y el mero caminar al alcance de unos cuantos botones muy sencillos de gestionar. Destaca en la mecánica el sistema de inventario. Joel lleva una mochila que contiene todo lo que lleva y necesita para fabricar objetos a partir de lo que va encontrando por ahí, desde cinta adhesiva, restos de cuchillas, alcohol o material explosivo. Lo bueno de esto es que, cuando pulsas el botón de inventario, la acción no se detiene, por lo que has de escoger los momentos adecuados para reequiparte y, cómo no, curarte. Por el camino también encontramos piezas sueltas con las que ir mejorando nuestro equipo, desde fundas extra para poder sacar más fácilmente las armas cortas y largas, hasta la posibilidad de ampliar los cargadores, la precisión o la cadencia del arsenal que llevemos encima. Eso sí, solo podremos realizar estas mejoras en las pocas mesas de trabajo que vayamos encontrando. Hay que escoger muy bien lo que mejoramos, y el mejor consejo es que se potencie lo que más se use y se deje de lado lo que menos.

El combate es una delicia. Los movimientos de cámara acompañan en todo momento la acción, acercándose y alejándose según la intensidad, permitiendo pasar de los puños y las armas blancas a las de fuego con una transición natural, o sea lenta, que puede resultar fatal si no calculamos bien nuestras posibilidades. El juego es lo bastante abierto como para permitir enfoques distintos en la resolución de los obstáculos: podemos avanzar sigilosamente o abrirnos paso a tiros. Eso sí, cada bala cuenta, y los recursos no abundan en absoluto. A eso le sumaremos una inteligencia artificial absolutamente genial, impredecible en sus pautas y que reaccionará a nuestra forma de jugar, si vamos armados con pistos o solo con bates, etc.

'The Last of Us' es un juego muy intenso que hay que tomarse con calma. La tensión acecha en cada momento y sabemos que, cuando menos nos lo esperemos, nos toparemos con una manada de infectados o una cuadrilla de saqueadores, pero abundan los momentos de avance tranquilo, pequeños puzzles con el entorno y el mero disfrute de los escenarios propuestos. El ritmo, en definitiva, es perfecto, alternando los momentos de intensa angustia con recompensas de tranquilidad que sabemos que no durarán demasiado.


Por todo lo dicho (y lo callado), estamos posiblemente ante el mejor juego del año y una de las razones por las que merece la pena tener una PS3 en casa. 'The Last of Us' es la demostración de que un videojuego puede ser tanto o más emocionante que un "machacabotones". Pero lo mejor de todo es que nos llega al alma, nos suscita emociones intensas, desde la angustia, el temor o el odio, hasta la ternura y la pena. Sus personajes, magistralmente interpretados por los actores y diseñados por los desarrolladores, transmiten hasta el mínimo ápice de humanidad a través de miradas, gestos y tanto lo que dicen como lo que se callan. No cae en ningún momento en el maniqueísmo de los buenos y los malos, algo que transmite muy sutilmente la historia. Joel y Ellie son tan supervivientes y despiadados (sobre todo Joel) como cualquier carroñero. De hecho, la historia muestra sin tapujos a un Joel dispuesto a emplear cualquier medio por prevalecer y proteger a su compañera, por brutal que pueda ser. Es una historia sin blancos o negros, sino más bien una amalgama de claroscuros difíciles de definir, lo cual engrandece todo lo que la rodea.

Arropado todo por un guión inteligente, el resultado es un 10, a pesar de que el final podría haber sido más duro, a tenor del desarrollo de la historia. Ya hay rumores de una segunda parte. Solo diré que ya la estaba esperando desde el momento en que empecé a jugar. Os dejo con un vídeo para que veáis todo lo dicho en movimiento.


'The Last of Us' y la radical belleza del fin del mundo Reviewed by Omar El Kashef on 9:42 Rating: 5

5 comentarios:

Héctor Prieto dijo...

Espero poder jugarlo algún día, porque es un Must en toda regla.

Qué "pena" da que las buenas historias, tratadas de manera visual, ya no se vean en el cine. Pero qué "alegría" cuando son los videojuegos, que muchos calificaron (y siguen calificando) de infantiles, los que nos traen esos mismos relatos. ¿Veremos algún día una apuesta así en cine o televisión? Pero sin estar delimitadas por las concepciones actuales y dejando libertad a los guionistas/directores para llevarla a cabo...

Me ha gustado mucho el artículo.

Omar El Kashef dijo...

La verdad es que la industria del videojuego está demostrando tener mucha más cintura que el cine, demasiado anquilosado éste en una serie de fórmulas narrativas de cartón piedra. Es cierto que el videojuego puede permitirse meterte 18 horas de juego, pero aunque fuesen menos, en el caso de TLoU el ejercicio de calidad sería más que notable.

Gracias por pasar y me alegro de que te haya gustado ^^

Unknown dijo...

Básicamente decir que estoy completa y absolutamente de acuerdo con lo expuesto en el artículo. He disfrutado de las 3 partidas completas que he jugado hasta el final.

En particular, la experiencia de juego en dificultad superviviente donde perdemos una mecánica clave disponible en partidas más fáciles como es el modo escucha... es impagable. El nivel de tensión mientras agazapados tratas de ver si alguien se acerca a tu posición inseguro de lo eficaz de tu escondite. La aún mayor escasez si cabe de recursos y municiones que te hacen plantear cada movimiento y cada acción...

Y sobre el guión... pues internet ha estallado en polémica por motivos varios pero considero que eso sólo colabora para engrandecer un título que a diferencia de tantos otros no ha dejado indiferente a nadie.

Un absoluto placer que todo aquel que se tenga por gamer debería intentar experimentar.

Omar El Kashef dijo...

Grandes verdades, Isra, este juego es un must play. Aún no me he animado con el modo superviviente (soy un poco cagao), bastante haberme pasado el juego en modo normal sin demandar la presencia de público que me arrope! XD

Gracias por pasar, Isra. Un abrazo ;)

Unknown dijo...

Completamente de acuerdo con el artículo. Ahora que los 90 min de una película se quedan cojos a la hora de desarrollar una buena historia, se agradece que los videojuegos nos den una alternativa con la misma calidad que una buena serie de TV.

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